La vicepresidenta, en compañía de la ministra de Vivienda, visitó el pasado 19 de septiembre el municipio de Timbiquí. Ambas funcionarias se comprometieron a buscar la edificación de viviendas en el pacífico según las costumbres de las comunidades y anunciaron que se establecerá una mesa técnica para hacer revisión del problema del agua en la región y para garantizar el suministro de energía a varios territorios del Pacífico.
Redacción El Nuevo Liberal
E
n medio de un caluroso recibimiento, la vicepresidenta de la República Francia Márquez Mina y la ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio, Catalina Velasco, llegaron al municipio de Timbiquí, en la costa caucana, para adelantar un diálogo social con miras a avanzar en la garantía de agua de calidad y vivienda digna para el Pacífico colombiano. De la jornada, también participaron la alta consejera para la Equidad de la Mujer, Clemencia Carabalí; la alcaldesa de Timbiquí, Neyla Yadira Amú y distintos representantes de entidades locales, departamentales, privadas y sin ánimo de lucro, además de invitados especiales y comunidad en general.
Luego de un recorrido por el municipio, se estableció un ejercicio de construcción colectiva, en el que se escucharon las necesidades de la comunidad y las intervenciones de los alcaldes de Timbiquí, López de Micay y Guapi. El Gobierno planteó como meta establecer una ruta eficaz para que a la población de esta región se le garantice el acceso a agua potable, suministro de energía y acceso a la educación para que los jóvenes estén alejados de los grupos delincuenciales.
“El 80 % de las casas en Timbiquí son en palafito; por eso, las políticas de vivienda que nos excluyen hay que revisarlas”, afirmó Plutarco Marino Grueso, alcalde de Guapi, quien agregó que “lo que se diseña para Bogotá o Popayán, no se puede hacer en Timbiquí, Guapi o López de Micay”.
“Obras son amores, no solo es decir, sino también hacer. Hemos conocido la importancia de la vivienda palafítica y estamos totalmente de acuerdo; por eso, el objetivo es adelantar experiencias que servirán para transformar de una gran manera la vivienda social, con el fin de que deje de ser únicamente para grandes ciudades como Bogotá, Cali o Barranquilla. Queremos hacer unas viviendas especiales para las comunidades”, señaló al respecto la ministra Velasco.
Durante el encuentro, la ministra manifestó que se trabajará con responsabilidad para y con las comunidades del Pacífico, con miras a construir una sociedad igualitaria. “Sabemos de las dificultades en materia de acueducto y alcantarillado, y estamos organizando unos equipos técnicos para que las ejecuciones se pongan al día y poder cumplir con las responsabilidades que quedaron estancadas”, agregó Velasco.
Este territorio ha sido uno de los más afectados por la violencia en el sur del país, a pesar de que varias comunidades y líderes sociales han venido trabajando en los últimos años para que los actos violentos se alejen de su territorio. De hecho, el pasado 13 de septiembre, la Defensoría del Pueblo alertó por el desplazamiento de 823 personas de varios corregimientos del Cauca hacia la cabecera municipal de Argelia, una situación que puso en alerta a los municipios de Argelia, el Tambo, López del Micay y Timbiquí.
“Uno de los primeros compromisos nuestros es trabajar por la educación de los niños y niñas de todo el Pacífico colombiano, también trabajar por los jóvenes, para que tengan la opción de un lapicero, un violín, una marimba, un instrumento, y no la única posibilidad que nos han dejado en estos territorios, que es la violencia y las armas. Hay que cambiar eso porque este territorio es un paraíso, donde podemos vivir en dignidad, paz y alegría”, destacó la vicepresidenta.
Las alteraciones del orden público y constantes confrontaciones que se han reportado en el Cauca son, precisamente, las situaciones de violencia que el Gobierno pretende combatir con la garantía de acceso a servicios básicos y derechos fundamentales. En ese sentido, la vicepresidenta insistió en la necesidad de resolver el problema del agua potable en la región.
“Es una necesidad urgente porque se trata de la vida de nuestra comunidad, de nuestra infancia. Defender la vida no es solo parar la violencia del conflicto armado, por supuesto que esa también es una dificultad que tenemos que resolver, por eso le apostamos a la paz total en el Pacífico colombiano y en nuestro país”, enfatizó Márquez Mina.
De acuerdo con la alta funcionaria, se establecerá un mesa técnica para hacer una revisión del problema del agua y “de los recursos que desde hace cinco años se definieron para la construcción de varios acueductos y alcantarillados”, así como garantizar el suministro de energía a varios territorios del Pacífico, entre ellos Buenaventura, Guapi, Timbiquí, Tumaco y Quibdó.
Hacia el final de la jornada, la vicepresidenta le envió un mensaje a los actores armados con el objetivo de lograr la paz total. “Llegó el momento de cambiar la historia de barbarie, el momento de permitirle a nuestras comunidades vivir tranquilas y en paz. Llegó el momento de avanzar en un diálogo que permita silenciar los fusiles, detener el reclutamiento forzado de niños y niñas. Lo digo como mujer, que conoce la angustia de las colombianas al saber que nuestros hijos no están seguros”.
Finalmente, se anunció que en los próximos días se desarrollará un diálogo vinculante en Timbiquí, Guapi y López de Micay, donde espera el compromiso de todos para definir las prioridades para esta región del país.
Navegando al Corazón del Pacífico
En el marco de su visita, la vicepresidenta de la República acompañó la campaña social “Navegando al Corazón del Pacífico”, una iniciativa liderada por la Armada Nacional de Colombia en cabeza del Comandante Vicealmirante Francisco Cubides, la cual busca llevar ayudas humanitarias, bienestar, atención integral médica especializada, así como actividades de recreación a las poblaciones de seis comunidades del Litoral Pacífico Colombiano.
Para esta oportunidad, entre las comunidades beneficiadas del departamento del Cauca se encuentran: Bocas de Timbiquí y Guapi, donde cerca de 2.000 habitantes pudieron acceder a los servicios médicos ofertados y recibir donaciones que comprenden ayudas alimentarias, kits de salud oral, medicamentos, morrales escolares, ropa, sillas de ruedas, entre otros elementos.