Editorial: Un mes… crucial

Sin lugar a dudas, el país y la región están ad portas de tomar una decisión crucial para su devenir en el campo político, por lo menos para los próximos cuatro años, ya que ésta tendrá sus implicaciones en las distintas actividades económicas, sociales y políticas en este lapso de tiempo, quizá algunas con impactos mayores que trasciendan el periodo presidencial que hoy está en juego, ávida cuenta de la profunda polarización que se vive en todos los órdenes de la vida nacional, regional y local, motivada por la agudización de las diferencias entre quienes lideran las encuestas de opinión.

Polarización que ha estado fundamentalmente asida de la mano de la “fogosidad” de los adeptos de uno u otro candidato, quienes muchas veces no actúan con pensamiento propio, lo hacen con discursos prestados, muchas veces sin argumentos, caracterizados por actitudes viscerales, blandiendo discursos descalificatorios, oprobiosos contra “sus contendores”, muchos de ellos cagados de infamias, calumnias y odio, los cuales trasladan al plano personal e incluso hasta en el seno de sus hogares, atentando contra los lazos de amistad construidos desde mucho tiempo atrás y fracturando estructuras familiares. Cuestión asociada a la búsqueda de mayor aceptación de “su” candidato, para que ésta se refleje en las diferentes encuestas que adelantan firmas especializadas al respecto, la que de una u otra manera ‘orientan’ a la opinión pública sobre la favorabilidad de X o Y candidato.

Como acción natural de este proceso, a escaso mes de las elecciones presidenciales prevista para el 29 de mayo de 2022, la polarización, con los comportamientos antes descritos, va tornando cada vez más complejo el panorama para llegar a ese día, por lo que no será extraño que se presenten situaciones o hechos inimaginables contra el contendor para erigirse como muros insalvables para obtener la voluntad popular en la urnas, cuestiones que en nada favorecen al candidato ganador por el resentimiento dejado en el candidato perdedor y sus correligionarios, lo que no permitirá que toda la energía y visión del ganador y de una oposición racional por parte del perdedor puedan encontrarse, con actitud positiva, en la búsqueda de soluciones a los más grandes problemas del país y de las regiones, para bien de las comunidades, particularmente la de los sectores sociales más vulnerables, a quienes mayormente afectó la pandemia de la que estamos saliendo, desde la perspectiva de salud, pero naufragando en la profunda crisis social que están viviendo, la cual está por encima de cualquier vanidad por llegar a la presidencia de la república.

Este mes, en ese juego de la encuestas de favorabilidad, los diferentes partidos políticos que no cuentan con candidato propio, a pesar de la afinidad ideológica que tienen con uno u otro candidato, han venido actuando con marcado ‘tacto’ político, a fin de hacerse sentir indispensables para asegurar el triunfo de uno de ellos y en consecuencia alguna representación en el nuevo gobierno, ya que en nuestra cultura política la burocracia es el sustento de la vida de los partidos y no el ideario político que establecen sus estatutos y sus fundadores, es el caso del emblemático partido liberal, que desde hace algunos años se ha venido desdibujando en su pensamiento social demócrata que lo caracterizó y que encarnaron ilustres pensadores y estadistas como Jorge Eliecer Gaitán, Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo y Carlos Lleras Restrepo, entre otros.

Estos pocos días que quedan, que son bastantes políticamente hablando, los candidatos tienen apretadas agendas para llegar al mayor número de regiones, ya no son tan importantes los foros, pues ya todo lo han dicho los candidatos, llevando sus ideas, planteamientos y propuestas directamente a las comunidades, pero a la vez llevando ante ellas las justificaciones y/o aclaraciones sobre lo que se ha dicho y dice de ellos por las redes sociales y los medios de comunicación, una buena parte a través de las fake news o falsas noticias, que se difunden para generar desinformación, tarea nada fácil cuando, por la escasa formación política de algunos sectores, no valen los racionamientos bien argumentados, sino el imaginario que se ha hecho del candidato por lo que le han dicho. He aquí una tarea gigantesca la que tienen los candidatos y sus respectivos equipos de campaña…. Tienen un mes.