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    Nostalgias y crisis económica

    JULIO CÉSAR PANTOJA CASTRILLÓN

    [email protected]

    Gerente de NutriTost SAS

    Durante las procesiones de Semana Santa en Popayán, los cargueros empiezan con un golpe de barrote, todos levantan al tiempo y cae la madera en los hombros de cada uno con el pecho erguido y la espalda recta. Las piernas amortiguan el golpe con los pies en paralelo y luego de esperar unos segundos inician acompasados con el pie izquierdo a caminar, llevando sobre sus hombros mucho más de 700 kilos de madera y frágiles figuras que enmarcan más de 460 años de tradición, que llamamos “Los pasos”.

    Cuando se detiene el paso aunque descansan los hombros de los cargueros ninguno de ellos puede relajarse pues entre ellos se dan apoyo y entre todos van protegiendo la línea a punta, ante el deber de cada uno y ante sus compañeros. Pues si uno de ellos se arquea o desiste ante el cansancio, el peso de todo se descompensa y poco a poco todos los cargueros se ven afectados, con el riesgo de que el paso se caiga.

    La Semana Santa nos lleva a reflexionar sobre nuestras vidas por esta época, y más ahora como consecuencia de la pandemia, cuando las cosas están saliendo diferentes a como esperábamos. Como empresario creo que nos hace falta mucho por hacer, estamos peleando contra el tiempo y procurando que los problemas no crezcan más rápido que la capacidad de los recursos. Todos debemos meterle el hombro a esta nueva realidad, pues estamos enfrentados a una curva de contagios en ascenso, que puede poner contra la pared nuestro sistema de salud y la vida de muchas personas, pero al mismo tiempo al detener la generación de flujos de capital muchas empresas y empleos están en riesgo, sin ingresos es muy difícil soportar todos los pagos, adicionalmente la economía del país y con ello la vida de muchas personas se ven afectadas.

    Hablando con algunos empresarios, me he dado cuenta que aunque el origen y la operación de los negocios son muy diferentes, hoy tenemos las mismas necesidades para sobrevivir y seguir generando empleo, y poder mitigar el riesgo de dificultades económicas, que pueda traer una recesión.

    Por ello creo que hay una salida a esto, que aunque difícil no es imposible, ya que todas las empresas estamos necesitando soluciones en 3 puntos sin importar el tamaño, el sector o su ubicación:

    1. El gran costo que significa la sobrecarga al salario, como son los parafiscales. Este valor no lo recibe el empleado y es una carga para mantener toda la nómina.
    2. La dificultad del pago de impuestos, pago a proveedores y deuda durante los próximos meses.
    3. La escasez en los ingresos de dinero y el debilitamiento que esto causa en los flujos de efectivo para seguir cumpliendo con las obligaciones.

    El gobierno ha tomado medidas determinantes con cargo a su presupuesto que van a ayudar y  procurar que se mantengan empleos. Aunque se pueden impulsar muchas cosas más, lo cierto es que el musculo del presupuesto nacional por muy fuerte que sea es imposible que soporte el peso de todas las necesidades.

    Es por ello que en estas circunstancias todos debemos poner de nuestra parte, pero así como los cargueros, nadie puede llevar un paso solo y si va mal acompasado, inclusive con los hombros más fuertes, se empieza a flaquear. Así igual está sucediendo con muchas empresas o pérdida de empleos. Por esto, creo que hace falta que entre con mayor decisión un agente con musculo económico casi tan fuerte como el del Estado: el sistema bancario.

    Hace falta que los bancos se decidan y saquen parte de las reservas a la economía y aporten flexibilizando los análisis de riesgo, para apalancar el corto plazo de muchas empresas con créditos a tasas bajas y amortizados con plazos largos de pago. De esta manera muchos negocios podrán sobrevivir y mantener empleo ahora y en los próximos meses. Creo que esto no solo servirá para apoyar la falta de ingresos y mantener todo lo que las empresas sostienen, sino además ayudará a que cuando la cuarentena disminuya, se pueda progresivamente reactivar e impulsar la economía de todos los colombianos comprando colombiano.

    Se que una decisión así es difícil, por el riesgo de su descapitalización con los nuevos préstamos, a su vez creo que en ello el Estado puede ayudar creando una figura o flexibilizando acciones como la que se está haciendo con el Fondo Nacional de Garantías y volverse el codeudor, para que esos prestamos lleguen a muchas empresas que ayuden a ponerle el hombro a todo lo que se viene por delante.