¡No podemos más!

CLARA INÉS CHAVES ROMERO

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Ex diplomática

La migración venezolana se está volviendo cada vez más un problema regional; además de ello, dadas las circunstancias de nuestras relaciones históricas con Venezuela, es un fenómeno que le genera a Colombia graves dificultades.

Según información de prensa, se considera que un millón de venezolanos se encuentran legalmente en el país, además de otros tantos que se hallan en situación de ilegalidad, más los que cruzan nuestro territorio para llegar a otros estados vecinos al nuestro como Ecuador y Perú. Lo preocupante es que ya el Perú ha comenzado a cerrar sus fronteras, y Colombia se está quedando sola con semejante problema que incide de manera directa, entre otras cosas, en el aumento de la inseguridad, la crisis social, y el desempleo.

La crisis humanitaria es de gran dimensión, lo que amerita un llamado internacional para encontrarle soluciones y al mismo tiempo diseñar una política común de choque, a fin de lograr el regreso de la democracia a Venezuela y, por lo tanto, el retorno de sus ciudadanos.

El canciller Trujillo García mencionó un plan de acción que consiste en “una política interna para atender a los inmigrantes; una estrategia multilateral para coordinar esfuerzos; y la vinculación de la ONU para aliviar tensiones”.

Esta estrategia que comprende todos los puntos, pero que en el corto plazo el país se va a batir entre dos aguas: Unos colombianos que se conduelen de la situación venezolana y de sus inmigrantes, y otros, que no soportan la inseguridad, porque sostienen que algunos de ellos conforman bandas criminales para atracar, robar o cometer cualquier otro delito.

Todo ello, nos deja un sabor amargo; pues si bien es cierto que nos debemos solidarizar con los hermanos venezolanos en desgracia, también lo es, que la prioridad del país debe ser la seguridad nacional y la de todos los colombianos. Por ser el país más afectado, Colombia debe liderar la búsqueda de una solución y encontrar junto con los demás gobiernos de la región una salida política conjunta y definitiva. No podemos asumir solos el costo de la problemática política venezolana. La comunidad internacional debe sensibilizarse y actuar de manera contundente.