RODRIGO SOLARTE
No solo es de poetas soñar con primaveras y sociedades amables por el amor a la vida. Los efectos de lo humano sobre la naturaleza maltratada se evidencian también desde lo individual hasta lo colectivo, visualizando polarizaciones en el sentir, pensar y actuar, no solo entre nosotros, también con las otras vidas o especies y el planeta, que a su manera reacciona o se manifiesta.
La muerte ha sido de mayor interés que la vida en períodos frecuentes de nuestra civilización. Ella se volvió hasta negocio para quienes de ella han vivido y no pocos continúan haciéndolo.
El instintivo amor de las especies por sus críos o descendencia, sufre el dolor de los adultos tanto en lo físico como psicológico, ideando las maneras de aminorar los sufrimientos de origen, tanto de la naturaleza como de las violencias humanas.
Concebido el planeta como la Pacha Mama o Madre tierra, entenderemos mejor los fenómenos que la ciencia interdisciplinar hasta lograr la transdisciplinar continuará investigando, articulándose integralmente con quienes de ella dependemos en gran medida como especie pensante; así nos llamamos, sin conocer o imaginarnos como las otras especies lo hagan.
Estamos en un período de la historia con pandemias de variados orígenes que nos tienen contando destrucción y muertes. Los ciclos vitales se acortan, pese a los progresos científicos para prolongar la vida, privilegio cuestionado en pandemias como la que estamos viviendo por la llamada CoVid-19 y los mismos fenómenos naturales, no pocos producidos por la ignorancia y codicia humana.
Desde la Medicina, madre de la salud pública y epidemiología, nuestro mártir por los Derechos Humanos, Héctor Abad Gómez, en la década de los ochenta del siglo pasado, fue pionero en Colombia al solicitar y dar mayor importancia en la formación y capacitación de los trabajadores de la salud, a la investigación y estudio de las leyes del bienestar humano ( Eunomia), ante la prioridad que otros intereses le siguen dando a la enfermedad.
Con ese mismo pensamiento, y desde la misma Universidad de Antioquia, se planeó inicialmente la Pediatría, Pediatría social y Puericultura, cuyos continuadores y egresados, hoy pensionados, otros ya fallecidos y pediatras de otras Escuelas, continuamos insistiendo en El niño sano, la Crianza humanizada y EL BUEN TRATO INTEGRAL ( Universidad del Cauca), como equilibrio del abordaje para el proceso salud enfermedad, cuyo crecimiento y desarrollo, como el de la niñez, continúa, diverso y permanente.
El Buen trato integral a los Seres humanos y la naturaleza, lo concebimos como procesos constructores de solidaridad con las niñas, niños y adolescentes con sus familias, contextos y culturas.
El contexto va desde casa y vereda hasta municipio y departamento, El Cauca para nuestro hábitat, visualizando reflexivamente, crítica y propositivamente el compromiso ciudadano y gubernamental, sin polarizaciones violentas, con la paz y condiciones de justicia, equidad y dignidad, bases de la sociedad que aspiramos para las presentes y futuras generaciones de caucanos del campo y la ciudad.
El pasado 6 de noviembre, miembros de la coordinación actual del proceso, presentamos virtualmente el actual manual de trabajo como Ensayo académico editado por Gamar Editores titulado El proceso en red, construyendo caminos de paz, cuyo contenido resume la filosofía y metodología participativa de trabajo asumida por la RICO BUEN TRATO ( red interinstitucional comunitaria), y resultados parciales de Investigación acción participativa ( IAP )con comunidades educativas y de salud. El texto está disponible para quienes quieran compartirlo virtual o presencialmente en conversatorios o reuniones de trabajo. Próximo viernes 20, de 8:00 a 9:00 am en las Redes de Unicauca, Charlemos del suicidio en Adolescentes, con Psiquiatra, Andrés Dulcey, Enfermera Karol Vidal y Psicopedagoga Gloria Janeth Muñoz. Bienvenidos.