Por: Antonio Paco Lasso Molina
Editor General: periódico y revista ALTA AMAZONIA
Especial para EL NUEVO LIBERAL
La apacible ciudad de Mocoa, capital del departamento del Putumayo, fue sorprendida abruptamente, entre las 11:45 pm el viernes 31 de marzo, y la madrugada del sábado 1 de abril, cuando sus habitantes en su mayoría se encontraban durmiendo, por una avalancha de rocas, lodo, agua y escombros, causada por los desbordamientos de la quebrada Taruca, y los ríos: Mulato, Sangoyaco y Mocoa, debido a las intensas lluvias caídas sobre el Piedemonte amazónico, que según el Instituto de Hidrología y Meteorología y Estudios Ambientales –Ideam-, no registran antecedentes históricos para este mes de marzo.
Este fenómeno natural ocasionó la peor tragedia en la historia de la ciudad, esta catástrofe acabó con la vida de más de 300 personas, incluidos aproximadamente 100 niños, y un número igual entre heridos y desaparecidos. Esto provocó solidaridad, tristeza y luto nacional.
Mocoa, la capital del departamento de Putumayo, fue fundada el 29 de septiembre de 1563, por el capitán español Gonzalo H. de Avendaño, a orillas del río que lleva su nombre. Por lo anterior, Mocoa tiene en la actualidad 454 años de existencia.
Los Indios Andaquíes se habían ensañado con ella pues la asaltaron en varias ocasiones en los siglos XVI y XVII, estos aborígenes quemaron el pueblo y mataron algunos de sus habitantes.
La hoy consternada y martirizada por la naturaleza y otros factores antrópicos, Mocoa, ha tenido a través de su historia, que trastearse, cual campamento de gitanos, asediada por los Indígenas y devorada por varios incendios, el último de ellos sucedió en 1909.
Luego de su primera fundación paso a Alvernia, sobre el camino que conduce a Condagua y Yunguillo, a orillas del río Caquetá, quemada en este lugar por los indígenas, fue ubicada en Pueblo Viejo, corriendo igual suerte. Y por último, quedó definitivamente ubicada a orillas del río Mocoa, entre las desembocaduras de los ríos, Mulato y Sangoyaco, ante la mirada sigilosa y perpetua de los imponentes cerros del Mirador y la serranía de los Churumbelos.
Historia de las avalanchas
Recuerdo que por allá, entre 1957 y 1958, siendo mi padre, Antonio Lasso Rivas Q.E.P.D, alcalde de Mocoa, o sea hace exactamente 60 años, contemple una avalancha, “creciente” o “conejera” como llaman a estos fenómenos naturales por allá.
Nosotros vivíamos en el lugar donde hoy se encuentra el Palacio de Justicia, exactamente en la parte de atrás de la antigua cárcel. Desde un barranco pude mirar una avalancha en el río Sangoyaco.
Siendo de noche, y encontrándome dormido con mis hermanos fuimos despertados por el ruido que hacían las piedras al estrellarse unas con otras, las piedras tenían, las más grandes el tamaño de una buseta. Al estrellarse movidas por las aguas llenas de lodo, producían un polvo y algunas chispas; bajaban además árboles parados con todas sus ramas, troncos etc.
Yo estaba acompañado con mi hermano menor Hamilton. Nosotros aterrados asustados y con muchísima curiosidad miramos ese impresionante espectáculo, estuvimos como dos o tres horas viendo el recorrer de esta avalancha, creo que hubo 4 muertos, unos campesinos de los lados de San Antonio, o Campucana; además murieron algunas vacas.
En esa oportunidad todo lo que hoy fue afectado eran potreros y monte porque en ese tiempo nadie vivía en esos lugares donde se produjo la avalancha del viernes 31 y el sábado 1 de abril.
Me enteré en estos días que hubo otra grande entre 1961 y 1962 y otra en 1973, esa sí causó graves destrozos y una cantidad importante de personas fallecidas.
Hace aproximadamente 2 años, el 19 de octubre del 2014 hubo una falsa alarma, que alertó y obligó a movilizarse al pueblo mocoano. Eran las 7:00 pm. En esa ocasión me encontraba en la parte alta de Mocoa por los lados del parque ‘General Santander’, vi cómo la gente de los barrios bajos, cercanos a estos ríos, llegaban al centro de Mocoa despavoridos, asustados, utilizando motos algunos y otros a pie. Traían a muchos niños, hasta animales, todos buscaban las partes altas de Mocoa para protegerse. Luego de que esto se descartó por parte de las autoridades gubernamentales y de policía, por comunicados de radio la gente temerosa volvió a sus casas.
Pero lastimosamente para la tragedia de la noche del viernes 31 de marzo y de la madrugada del sábado 1 de abril, no hubo ninguna clase de alerta. La avalancha cogió a los mocoanos, desprevenidos y a oscuras y muchos dormidos, de ahí los resultados que conmueven al país y al mundo.
Hay un refrán entre los mocoanos que dice “Churumbelo nublado, mocoano mojado”, parece que los paisanos no le dieron importancia a este presagio, que a falta de alertas o alarmas estatales, tiene mensaje de la naturaleza, es sentido común, la competencia del Ideam.
Mocoa en el momento tiene el apoyo y la solidaridad del mundo entero por todo lado expresiones para ayudar a mitigar el inmenso dolor y angustia que sienten hoy los habitantes de esta ciudad. La cotidianidad, ha cambiado pero la vida continua, y de acuerdo a lo expresado por el presidente Juan Manuel Santos, Mocoa se reconstruirá y será una ciudad mucho mejor de lo que fue antes de la tragedia.
Mocoa en la actualidad
La capital del departamento del Putumayo, tiene en la actualidad 70.000, habitantes aproximadamente; está ubicada exactamente sobre un terreno quebrado propio de estribaciones en el principio de Piedemonte Amazónico, en las laderas de la cordillera, con pendientes del más del 75%, situación está que con gravedad aumentó la fuerza del agua a medida que se desplazaba.
Esta “Dama Antañona”, como la llama a Mocoa Luis Parménides Guerrero ‘Soberano’, en el paso doble que le compuso, tiene una altura sobre el nivel del mar de 580 metros, una temperatura promedio de 26 °C.
El área del municipio de Mocoa es de 6.140 kilómetros cuadrados.
Mocoa, es sede administrativa del departamento del Putumayo. La carretera Mocoa-Pitalito, integró a la ciudad con el interior del país. La actual carretera, Mocoa-Sanfrancisco, es llamada ‘El Sendero de la Muerte’, una tenebrosa vía que a través de su historia ha causado más muertes por accidentes, que la actual tragedia que nos ocupa, pues se calcula unos 500. Basta recordar los muertos y desaparecidos en el sitio llamado ‘Murallas’. En esa vía, hace varios años sepultó en esa oportunidad a medio centenar de personas, una avalancha desprendida de esas montañas, ocasionó la tragedia.
El municipio de Mocoa, posee yacimientos petroleros, además tiene un gran potencial agrológico y minero en cobre y oro.
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