EDUARDO NATES LÓPEZ
Finalizando este tenebroso 2020, mirando hacia el futuro, hay muchas expectativas, unas crudas y difíciles y otras esperanzadoras. Pero resulta necesario pensar de forma optimista.
Nos está oprimiendo duro el Covid-19, pero en circunstancias casi milagrosas, en menos de un año, ya estamos hablando de la vacuna (con los riesgos que ello implica, pero alentador, al fin y al cabo). En términos de economía, después de semejante bajonazo -universal- ya comienzan a florecer temas específicos de recuperación, con inversiones estatales y privadas, todas con el propósito invariable de recuperar el tiempo perdido. Y en el panorama político también se abren múltiples opciones, dentro de las cuales sería muy provechoso hacer un recorrido mental por el vecindario para analizar los ejemplos y lecciones que nos aportan estos países. No en vano, después de su injustamente obligado tiempo de reflexión, Uribe se levantó a señalar un evento trascendental para el futuro del país, que lo denominó, sencillamente: “el 22”.
Todas las tendencias están ofreciendo sus proyectos políticos como “el único apropiado para salir adelante”. Debemos ser realistas y no ignorar la innegable polarización. El asunto no va a ser de partidos sino de tendencias. La izquierda está empeñada en su propósito de llevar a Gustavo Petro a la Casa de Nariño. ¿Por qué Petro? Por su persistencia, por su inteligencia (aunque tan mal utilizada y envuelta entre tanto veneno y tanto resentimiento), y porque él y sus partidarios siguen creyendo que es el dueño de los cacareados 8 millones de votos que sacó en la segunda vuelta de 2018, y arrancan a contar desde allí. Una idea y una actitud tan prepotentes como equivocadas. Creen, además, que el video de la bolsa llena de billetes que le entregó Juan Carlos Montes (“famoso y oscuro personaje” como le llama el ex Fiscal Martínez Neira) ya se olvidó y, sobre todo, porque creen que lo que está pasando en Venezuela es un “montaje…”.
Un poco más acá de la extrema izquierda (imposible de ubicar… como todo lo de él) está Sergio Fajardo, alrededor de quien querían girar los menos extremistas, pero le sobrevinieron dos huracanes demoledores como el de San Andrés y Providencia: 1, El posible apoyo a su candidatura de J. M. Santos; y 2. (peor aún…), la imputación que le hace la Contraloría General por su vinculación directa con el fracaso de Hidroituango. Es decir, que nuestro rio Cauca lo arrastró…
En el otro extremo se situarán: el llamado “Extremo Centro” de Duque, que con todo lo que lo critican (a veces con razón) ha sido un gobierno ponderado y tratando de hacer “milagros gubernamentales”, en medio de la pandemia, el cambio climático, la violencia y el narcotráfico; Y las orientaciones e invitaciones (…ya no será “el que diga Uribe), que el expresidente Uribe logre consolidar, acercando a la U, con la hábil política Dilian Francisca en el comando de este grupo fuerte; más el grupo Char en la costa; más Cambio Radical, con Vargas Lleras a la cabeza, (que es un buen opinador. Lástima que las buenas recetas que propone los domingos no se le hubieran ocurrido durante los 7 largos años en que cogobernó con Santos); más el Partido Conservador, que sigue siendo, más que un partido, una fuerza política muy importante; más la ortodoxia del Partido Liberal (sin los disidentes “creativos”…) más otros independientes, que son (somos) quienes seguimos creyendo en Colombia y en que nuestro destino no lo determinan el CastroChavismo y el Madurismo. Lo más importante es que los líderes de diferentes vertientes -que rechazan la opción de la izquierda -con cualquier nombre- para gobernar a Colombia- han entendido que el jefe mayor de la opinión es el ex presidente Uribe, quien también ha entendido que a su partido, solo, no le alcanza, y que deberá repetirse la coalición que en segunda vuelta eligió a Duque. Este es el panorama político que nos espera en el 2021, hacia el cual debemos mirar para evitar convertirnos en un país fallido y de caminantes en cola, detrás de los venezolanos. Preparémonos para el hito culminante de nuestro destino en el 2022.