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MIGUEL CERÓN HURTADO
Aprobado el Presupuesto General de la Nación para 2019, hecho ocurrido la semana pasada, varias reflexiones caben sobre las cifras y la consecuencia de este ejercicio, es tremenda preocupación por una parte, y dolor de patria por la impotencia que de ahí se deriva.
Se estima que los ingresos legítimos del Estado, que son los tributarios, serán de 145 billones aproximadamente, pero de esta suma, el 46 % o sea casi la mitad, se va para pagar el servicio de la deuda, es decir para aplicar la regla universal del Capitalismo Rentista que viene operando plenamente en Colombia desde 1991. Por lo tanto, quedan 78 billones para cubrir todos los demás gastos del Estado, incluyendo el funcionamiento y la inversión. Pero de estos 78, el 43 % se los lleva el sector de Defensa Nacional, o sea la guerra, quedando solo 44.5 billones para pagar lo que falta, como es el funcionamiento, la infraestructura, el gasto social y la inversión en capital humano, donde salud y educación son fundamentales. O sea que menos de la tercera parte de la plata que los colombianos pagamos para financiar el suministro de los bienes públicos por parte del Estado, se destina a este fin y a cubrir los egresos con los cuales se solucionan y satisfacen los problemas y necesidades de toda la comunidad nacional.
Por supuesto, esto no es culpa de Carrasquilla; porque si fuera Petro, estaría en las mismas, siendo este el primer presupuesto del período. Esto es una consecuencia de la estructuras de financiamiento del Estado que se impuso en 1991 por la vía constitucional, con introducción en la Ley 51 de 1990, y todo, como efecto universal del modelo del Capitalismo Rentista que con el núcleo en la Reserva Federal de USA, rige para todo el mundo occidental y cuyos perjuicios son incalculables no solo para Colombia sino para todos los países que giran en la órbita de la FED.
Para el 2019 se estima que Colombia pagará un poco más de 30 billones solamente en intereses de la deuda, o sea recursos de nuestros impuestos que se irán para el bolsillo de los especuladores del dinero de los cuales la mayoría son fondos de inversión extranjeros. Para formarnos una idea, si tomamos esta cifra en valor presente nominal y la calculamos para el cuarto de siglo que ha transcurrido desde la imposición del modelo, quiere decir que le hemos entregado 750 billones de pesos a los capitalistas rentistas, sin incluir abonos al principal, con lo que ellos se han enriquecido y en esa misma cantidad los colombianos nos hemos empobrecido. Si tomamos la cifra del presupuesto de inversión del próximo año estimada en 35 billones, quiere decir que con lo que hemos pagado solo en intereses, podríamos realizar inversiones durante 21 años, o lo que es igual, que tendríamos hecha hoy la inversión acumulada que tendremos en el año 2041.
Por supuesto, el cambio de la estructura de financiamiento del Estado para asimilarla a la que existía antes de 1980 en todo el mundo, es muy difícil, por cuanto los grupos de poder económico beneficiarios de este modelo que son los fondos de inversión, aplican todo su magno poder para mantener el esquema, utilizando todo tipo de maniobras, la mayoría camufladas e ilegales, que introducen en los países bajo su influencia produciendo así el tremendo impacto en las finanzas públicas.
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