Popayán, historia y cultura

La puerta principal de la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén se abre siguiendo un rígido código centenario establecido en el  “Statu Quo”El Statu Quo tiene una extensa historia que se remonta a los primeros siglos de la era cristiana. Es el reglamento detallado del manejo de los Santos Lugares e incluye la apertura de puertas de la Basílica del Santo Sepulcro para el servicio de los credos y a los visitantes.

De: Mario Pachajoa Burbano

POSESIÓN DE LOS SANTOS LUGARES
Santa Elena, nacida (en la mitad del segundo siglo después de la muerte de Cristo) con el nombre de Flavia Julia Elena en Drepanum provincia del imperio Romano, y madre del Emperador Constantino (nació alrededor del 274 en Naissus, Serbia, en esa época)  tenia la idea fija en encontrar el lugar de la cruxificcion y la Cruz de Cristo. En su visita a Jerusalén ordenó hacer excavaciones en lo que había sido el templo de Venus y Júpiter construido por el Emperador Adriano en 125 D.C. Durante las excavaciones se encontraron maderos de tres cruces, clavos y una pancarta declarando a Jesús como rey de los Judíos. Para determinar cual de los tres maderos era el de la cruz de Jesús hicieron tocarlas  por una mujer moribunda leprosa. Cuando desaparecieron las lesiones de la  la mujer, conocieron cuál era el que pertenecía a la verdadera cruz. Santa Elena decidió construir allí mismo la iglesia del Santo Sepulcro.
La Basílica del Santo Sepulcro fue consagrada el 13 de septiembre 334 D.C. Esta iglesia fue destruida por los persas en 619 D.C.  La segunda iglesia construida en el mismo sitio fue destruida por los Turcos en 1009 D.C. La actual Basílica fue levantada en 1048 D.C., sobre estas ruinas. Durante la ocupación de Jerusalén por reyes latinos (1009 – 1187) estos pudieron mantener el control de los lugares sagrados. En 1172 administraron, además, la iglesia del Santo Sepulcro representantes de las iglesias orientales, pero el control latino continuó hasta la llegada de los turcos en 1617.
Los franciscanos llegaron a la Tierra Santa en 1219 y obtuvieron permisos del sultán egipcio para permanecer sin obstáculos en el Levante y en la iglesia del Santo Sepulcro. Cuando los cruzados dejaron a Jerusalén en 1291 los franciscanos permanecieron como guardianes de los templos cristianos mediante un acuerdo, 1309,  con el Sultán Bibars II.  En 1333 el Sultán les reconoció además derechos de ocupación y culto y un poco mas tarde la residencia del Cenáculo. En 1342 el Papa Clemente VI confirmó a los franciscanos como lo guardianes oficiales de los Lugares Sagrados en representación de los católicos.

Basílica del santo sepulcro.

Durante los siguientes trescientos años hasta 1662 los franciscanos fueron lo únicos dueños de: el Cenáculo, el Santo Sepulcro y el Calvario, la tumba de la Virgen Maria, manejo de Belén y todos los trabajos de restauración que se hicieron durante ese periodo fueron iniciativas de los franciscanos. Cuando los franciscanos fueron tomados prisioneros, los georgianos ocuparon El Calvario por un tiempo, los griegos la iglesia del Santo Sepulcro y parte de Belén, los Coptos erigieron su Altar a espaldas del Santo Sepulcro. En 1690 como resultado de un decreto soberano turco (firmán) se restituyeron a los franciscanos las propiedades de los Santuarios y los antiguos derechos que tenían.
En la Pascua de 1767 guiados por el clero griego, el populacho Ortodoxo atacó a los franciscanos en la Basílica del Santo Sepulcro. Después del vandalismo acusaron a los franciscano de toda clase de intrigas y los turcos mediante decreto soberano dio a los griegos la posesión de la Basílica de Belén, la Tumba de la Virgen y la posesión conjunta con los latinos en partes de la Basílica del Santo Sepulcro. A pesar de las apelaciones del Papa Clemente XIII a todas las potencias del Occidente, el firmán continuó firme y las posesiones de los Lugares Santos han cambiado solamente en detalles desde ese entonces, rigiendo con rigor el Status Quo a los diversos credos.

APERTURA DE LAS ENTRADAS A LA BASÍLICA DEL SANTO SEPULCRO
El Status Quo describe exactamente los tiempos y la modalidad que rigen la apertura y cierre de la puerta principal de la Basílica. Las llaves de la basílica están guardadas por dos familias musulmanas, de Judea y de Nuseibeh (las raíces de esta familia se remontan a 637 años después de Cristo). De hecho la puerta permanece cerrada en la parte exterior.
La “apertura” de la Basílica es por sí misma una ceremonia.  Antes del 1831, la apertura y el cierre de la puerta la realizaban estas familias solamente después del pago de un impuesto. Ahora existen tres formas de “apertura” de las puertas: apertura simple, apertura solemne y apertura solemne simultánea.
Una apertura simple consiste en abrir una de las hojas de la puerta mediante el  sacristán “sexton” de la comunidad que pretende abrir la puerta. La apertura solemne consiste en abrir ambas hojas de la puerta principal: la de la derecha la abre el portero musulmán y la de la izquierda el “sexton”.
La simultánea y solemne apertura se lleva a cabo cuando las tres comunidades, en el mismo día, tienen una entrada solemne (todos los sábados de Cuaresma) y para esta ceremonia los tres “sextones” están presentes: dos franciscanos y el griego y además un armenio y el portero que es musulmán..

El evento transcurre así: desde adentro de la Basílica el “sexton” entrega una escalera al portero musulmán a través de un hueco en la puerta de la Basílica. El portero entonces abre la cerradura baja y a continuación la cerradura alta. Entonces el portero abre la hoja derecha de la puerta.
La Basílica del Santo Sepulcro se abre diariamente a las 4.00 a.m. y a las 12.30 p.m. cuando no hay Fiestas especiales o acontecimientos. Se cierra a las 11.30 a.m. y un cuarto de hora después de la puesta del sol. Las comunidades se han puesto de acuerdo para que al atardecer la Iglesia se cierre entre las 5.45 p.m. en diciembre y a las 8.00 p.m. en julio.
Cada atardecer a la hora del cierre los tres “sextones” están presentes y acuerdan entre ellos quien tendrá el turno para abrir a la mañana siguiente. El que tiene el derecho de abrir la puerta al día siguiente toma la escalera y la ubica en el centro de la puerta. Se debe tener presente que las ceremonias del “cierre” tienen lugar con los mismos rituales, pero con una secuencia invertida.
Las tres comunidades tienen privilegios especiales y derechos tanto para la apertura como para el cierre de la puerta de la Basílica. La comunidad Latina (Franciscanos) tiene las siguientes:
Todos los sábados de Cuaresma, la noche de Pascua, la fiesta de la Santa Cruz, las fiesta de Corpus Domini, los Franciscanos pueden abrir las puertas a las 10.30 p.m.  Esto se hace para permitir a la comunidad Franciscana del San Salvador y a los fieles poder entrar en la Basílica y reunirse con la comunidad Franciscana residente para la Solemne celebración de la Liturgia de las Horas. Entonces la puerta permanece abierta durante toda la noche.
El Jueves Santo los Franciscanos tienen un privilegio particular. A la 1.30 p.m. los dos porteros musulmanes del Santo Sepulcro van al Convento del Salvador, sede del Custodio de Tierra Santa, entregan la llave de la Basílica al Vicario Custodial. Este, junto con el fraile responsable de Tierra Santa y acompañado por los porteros musulmanes, se dirigen a la Iglesia del Santo Sepulcro y le entrega la llave al Franciscano “Sexton” para que el mismo abra la puerta y  a continuación realice la entrada solemne el Patriarca Latino. En ese día solamente los Franciscanos celebran dentro de la Basílica. La puerta se abre y se cierra tres veces durante esa tarde (sólo diez minutos) para permitir la entrada y la salida de los fieles para las celebraciones litúrgicas. A las 7.00 p.m. las puertas vuelven a abrirse nuevamente para permitir a la fraternidad Franciscana del Salvador el ingreso y tomar parte de la Adoración Eucarística.

 

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