A nuestro prontuario de payaneses conspicuos agregamos hoy a José Ignacio Bustamante, poeta, ensayista y crítico literario. y JOSE RAFAEL CABANILLAS Página escrita por Guillermo Alberto González.
JOSE IGNACIO BUSTAMANTE (1906 – 1983)
M
aese Bustamante – como se le conoció por sus innumerables alumnos y amigos – fue una de las figuras más entrañables del Popayán de mediados del siglo. Nació en esta ciudad, pero por azares del destino, desde muy pequeño pasó su infancia en la pequeña aldea indígena de Paniquitá, al oriente de Popayán. Hizo sus estudios secundarios en la Normal de Institutores del Cauca y luego pasó a la Universidad para obtener su título de bachiller. Posteriormente ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales. El mismo se encargó de describir su vida en los siguientes términos, que de por sí revelan su espíritu de poeta: “Después, la vida con todos sus combates, la superación de cada instante, las agrias derrotas y los mínimos triunfos trascendentales, vencer a diario las rebeldías del corazón en aras de las rebeldías del espíritu”.
Bustamante fue poeta, ensayista y crítico literario. Y en cada uno de estos oficios trabajó con brillo, ponderación y versación tanto literaria como histórica. A su dedicación se debe la obra “La Poesía en Popayán”, indudablemente el más importante y completo de los trabajos críticos que se haya escrito sobre la poesía y los poetas de esta tierra. De este libro, imprescindible para conocer el alma payanesa, el entonces Rector de la Universidad del Cauca Luis Carlos Zambrano, recordando que toda selección suscita dificultadas que raras veces se logran superar, dijo: “en la felizmente realizada por Bustamante, se tiene la ambición de recoger en ella el fruto de ingenios separados en el tiempo, en la inspiración y en la calidad poética de sus cantos. La incorporación de muchos nombres en este florilegio, lejos de amenguar su contenido, nos descubre esa ansiedad constante de ritmo y de armonía que agita el alma payanesa”. Bustamante podía hacerlo en atención a su propia condición de poeta.
Alguien recordaba a propósito, que Santo Tomás de Aquino había expresado que sólo a un santo le es dado narrar la vida de los otros santos. Además de éste, su libro central, publicó una serie de ensayos que tituló “Temas Universitarios”, que recogen su dilatada experiencia académica. Posteriormente aparecieron en 1938 sus “Estampas de Provincia” y una “Antología Poética” escrita en 1951. Los anteriores trabajos integran un conjunto de gran valor para conocer y valorar el transcurso de la vida intelectual de una región de Colombia como el Cauca, pródiga en hombres de letras. Sus ensayos titulados “Los Críticos de la Literatura Colombiana” constituyen un texto polémico alrededor de las principales figuras nacionales. Incursionó también en la novela y en este género dejó cuatro muestras para publicar: “Dinora”, “La Cita”, “El Demonio del Jardín” y “Autobiografía de un Hombre Anónimo”.
José Ignacio Bustamante escribió una obra poética que se encuentra entre lo más destacado de la lírica caucana. A veces es culto y distante, otras íntimo y confidencial. Como conocía profundamente la poesía universal y en especial la colombiana, era exigente consigo mismo. “Mucha poesía incógnita en su existencia y mucha prosa amarga en sus esperanzas. En resumen, su único triunfo, haber vivido. Estaba escrito que no lo traicionaría la muerte, porque a los otros tenía que traicionarlos la vida, y vivió”, escribió alguna vez sobre su propia vivencia como poeta y como ser humano. Su propia angustia interior, la superaba con su íntima manera de expresarlo.
Sirvió con tenaz devoción a la Universidad del Cauca, institución de la que fue Vicerector, Director de Extensión Cultural, Director de la Biblioteca y Jefe de Relaciones Públicas. Fue también Director de Instrucción Pública del Cauca y el Valle. Practicó por largo tiempo la docencia en las asignaturas de Historia, Castellano y Literatura. Colaboró periódicamente en revistas latinoamericanas como “Claridad” de Argentina, “El Sol” de Méjico, “Cúspide” y “Rumbos Nuevos” de Cuba y “Rieles” del Ecuador. También en varias publicaciones del país como “Universidad” de Germán Arciniegas, “Pan” de Bogotá y “Atalaya” de Medellín.
La figura popular y culta de Maese Bustamante fue parte sustancial de un Popayán romántico y soñador de tertulias y cafés, una ciudad evocadora, nostálgica y sensitiva de la cual fue un auténtico exponente. El poeta murió en esta ciudad en 1983 a los 77 años de edad.
JOSE RAFAEL CABANILLAS
1905 – 1995
De: Mario Pachajoa Burbano
Para describirlo nada mejor que usar sus propias palabras:»El viejo preceptor de asiduidad proverbial, de tácito pensar, que sabe callar en varias lenguas. Que ha sido modelo de tozudez y de constancia en el estudio, en el aprendizaje, en las lides culturales y en el anhelo incesante de enseñar mientras haya en él un hálito de vida y mientras pueda emplear normalmente sus aptitudes físicas e intelectuales»
Cabanillas había nacido en Popayán a principios del siglo y en la misma ciudad hízo sus estudios primarios y secundarios. Su graduación como Doctor en Derecho y Ciencias Políticas en 1935 en el Paraninfo de la Universidad del Cauca fue un hecho de características tan notables, que quedó escrito para la posteridad como algo insólito y no repetido posteriormente. Sucedió que el examinando hizo una presentación y defensa de su tesis de grado, con tal profundidad en el contenido y tanto rigor académico, que el jurado decidió eximirlo de la calificación pública y a renglón seguido declaró aquel día como fausto para el Alma Mater.
De allí en adelante sería el docto maestro, que formó cientos de estudiantes en las áreas de las humanidades, como la sociología, la filosofía y especialmente en varias lenguas antiguas y modernas, que el sabio profesor dominaba en su estructura y aplicación. Fue un prodigioso filólogo, como quizá no haya habido otro en la historia del Cauca, tal su completo conocimiento del latín, el griego, el inglés, el francés y el italiano. Estudió también con aplicación de monje medioeval el ruso y el árabe, y dejó escritos sobre etimología y prehistoria. Es sorprendente que su vocación lo llevara a investigar sobre temas tan complejos como los idiomas iraniano y armenio y su literatura.
La Normal Universitaria de Bogotá le otorgó el título de Doctor Honoris Causa en Filología e Idiomas y lo mismo hizo la Universidad de Tunja.
El profesor Pedro Paz Rebolledo, quien ha estudiado de cerca la obra de este distinguido humanista, lo calificó como «hijo de su propio esfuerzo» y lo catalogó como «digno sucesor del sabio Rufino José Cuervo y único par de Casas Manrique en las investigaciones filológicas»
En suma, fue uno de los payaneses que más lustre ha tenido en el campo del saber, que es el de mayor honra y dignidad para cualquier ciudadano. Cabanillas murió en Bogotá en 1995.