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POR LUIS JESUS SOLIS GOMEZ
llos lo sabían: todos los gobiernos capitalistas sabían que Hitler iba detrás del dominio de Europa y del mundo, era su plan de guerra, lo había escrito en My Kamp y ellos lo sabían. Querían acabar con el comunismo, querían destruir a la URSS y sabían que Hitler también lo quería y por eso pensaron que lo iban a utilizar. Primero lo iban a apoyar para que acabara con la URSS, después todos se iban a lanzar contra Berlín y lo iban a destruir. Las arcas del partido Nazi se llenaron de plata que le mandaban los bancos franceses, ingleses y americanos. Así pudo armar un gran ejército de voluntarios, una estructura política y una poderosa agencia de inteligencia.
Pero los ingleses sabían que a Hitler no sólo le interesaba acabar con el comunismo o con los judíos. Ellos sabían que Hitler iba a atacar donde sus enemigos estuvieran más débiles y no hicieron nada para impedirlo porque ellos soñaban con que primero iba a atacar a la URSS. Del otro lado estaba Stalin, el otro gran caudillo al que todos ellos odiaban porque representaba el comunismo, ese monstruo, ese fantasma al que todos querían destruir. Stalin estaba preocupado por Hitler, pero él sabía que Hitler iba a atacar también a las potencias europeas y por eso los llamó a la unión contra Hitler.
En varias ocasiones trató de reunirse con los líderes de Francia, de Inglaterra y de Estados Unidos para que unidos pudieran atacar a Hitler y destruir al enemigo común. Los líderes nunca llegaron, porque ellos seguían soñando con que Hitler iba a invadir primero a la URSS. Entonces Stalin pensó inteligentemente que si distraía a Hitler por un tiempo, con una tregua, iba a tener tiempo para preparar a su pueblo para una invasión. Entonces llamó a Hitler y le propuso un pacto de no agresión. Ni Stalin atacaba a Hitler, ni Hitler atacaba a Stalin.
Hitler sopesó la propuesta. A él le convenía mantener libre la frontera con la URSS para poder continuar con su plan en Europa y así se llevó a cabo el Pacto de no agresión que los capitalistas califcaron como una traición de Stalin.
En 1938 Hitler había atacado a Checoslovaquia. Las potencias habían jurado que iban a invadir Alemania si Hitler atacaba a Checoslovaquia y la invasión se dio.
Y las potencias no hicieron ninguna invasión.
Una vez logrado el pacto de no agresión con Stalin, su siguiente paso era invadir a Polonia.
Las potencias juraron que si Alemania invadía a Polonia, ellos iban a invadir a Alemania y Hitler atacó a Polonia.
Y las potencias se limitaron a hacerle una declaración formal de guerra, pero sin que las tropas pusieran un solo pie en Alemania. Las tropas de los aliados se limitaron a movilizarse a la frontera entre Francia y Alemania, pero no dieron ni un solo paso hacia el país agresor. A esto Galkin lo llamó la guerra en broma, mientras Hitler desarrollo la guerra relámpago, ocupando en poco tiempo varios países europeos hasta que en 1940, invadió a Francia y los obligó a capitular por la mitad del territorio.
Los rusos sabían que Hitler los iba a atacar aunque no sabían en qué momento lo iba a hacer, mientras tanto prepararon al pueblo para la resistencia y entonces el 22 de junio de 1941, los nazis atacaron a la URSS.
Pero allí no solamente entraron los nazis, hubo ejércitos de Italia, de España, de Portugal, e incluso voluntarios de los países aliados se unieron a esta fuerza invasora. Hitler metió a la URSS lo mejor de su ejército y así lograron avanzar hasta la capital, Moscú. En su camino iban atacando a la población civil, tomando prisioneros a los que les aplicaban torturas como la inoculación de enfermedades para experimentar científicamente cuánto duraba un enfermo sin medicamentos o los metían en agua helada para ver cuánto tiempo duraba una persona en agua helada hasta morirse.
Los pueblos de la URSS resistieron con furia y valor la invasión y no los dejaron entrar en sus ciudades como Leningrado o Moscú, la resistencia se prolongó más allá del tiempo previsto por Hitler que había calculado tres meses y ese tiempo pasó y las provisiones de los nazis se agotaron y llegó el invierno y los carros de los nazis ya no pudieron avanzar. Así llegó la batalla de Stalingrado donde el ejército rojo con apoyo del pueblo puso en retirada a los nazis, pero los rojos no se limitaron a sacar a los nazis de su territorio, sino que los persiguieron por todos los países que habían sido invadidos, liberándolos e implantando gobiernos populares.
El triunfo de la URSS obligó a los aliados a unirse a la lucha y a la persecución de los nazis, pero los únicos ejércitos que de verdad atacaban a los nazis eran los soviéticos por lo cual finalmente los que llegaron a Berlín fueron los del ejército rojo. Este avance de los soviéticos varios países incluido el Japón llevaron a los yanquis a lanzar cobardemente la bomba atómica contra las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki para advertir a la URSS de que lo mismo les iba a pasar a ellos.
Los soviéticos que también estaban preparados con la bomba H, obligaron a la OTAN a buscar con la URSS la coexistencia pacífica que duraría durante la guerra fría.