Elementos que caracterizan a este fenómeno climático por el que se está atravesando.
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Por: Mg. CARLOS HORACIO GOMEZ QUINTERO
fuerza de padecer los repetidos trágicos episodios sucedidos en las últimas décadas, hemos aprendido a conocer que, tanto El Niño como La Niña, son las muestras y evidencias más claras producidas por el cambio climático global, siendo parte fundamental de un vasto y complejo sistema de fluctuaciones meteorológicas. El Niño, se corresponde con los periodos cálidos, en tanto que La Niña, se corresponde con los periodos fríos.
Puesto que en la actualidad estamos siendo víctimas de una terrible ola invernal y de frío, que, según pronósticos, podrían extenderse hasta el mes de Marzo del próximo año, dedico algunas líneas para compartir algunos elementos que caracterizan al fenómeno de La Niña y por supuesto, para comentar sobre algunas situaciones a tener en cuenta, especialmente en El Departamento del Cauca, señalado como una de las regiones del país, en la cual se continuará presentando con mayor rigor esta realidad.
Los episodios fríos y lluviosos de La Niña forman parte del ciclo El Niño – Oscilación del Sur ENOS. Estos ciclos, por lo general tienen un período medio de duración de aproximadamente 4 años, aun cuando en las últimas calendas han sido totalmente irregulares en sus vigencia y frecuencia. Los cambios se producen a gran escala, a partir de la presencia de fuertes vientos atmosféricos sobre El Océano Pacífico, incluyendo un incremento en la intensidad de los vientos alisios del Este (Este – Oeste) en la atmósfera baja sobre la parte oriental del Océano Pacífico en Sudamérica y de los vientos del Oeste en la atmósfera superior, todo lo cual obviamente modifica las temperaturas. Debe entenderse de manera clara e inequívoca, que el fenómeno de La Niña se produce cuando han cesado los efectos del fenómeno de El Niño, habida cuenta que, como resultado de los cambios anteriormente indicados, las temperaturas subsuperficiales del mar se vuelven gradualmente más cálidas de lo normal en los sectores occidental y central de la zona ecuatorial del Océano Pacífico, creándose condiciones muy favorables para una transición a un estado neutral, o a un episodio de El Niño. Cuando cambian estas condiciones, aparece un fenómeno denominado Termoclina, el cual consiste o se forma, cuando la penetración de los rayos del sol sobre la superficie es supremamente tenue, solo calienta la capa más superficial del piélago o gran charco, lo cual provoca un cambio de temperatura, hacia la baja desde luego, y la creación de una capa de contraste, entre la capa más gélida y cercana a la superficie y la capa de agua más fría. Son en consecuencia, estos cambios bruscos, que entre otras cosas suceden sobre los sectores centrales del Pacífico, frente a las costas de Ecuador, Perú y Chile especialmente, los que permiten el aparecimiento de un efecto climático cargado de masas pluviosas permanentes y vientos que causan frio al extremo. Sus manifestaciones crueles y devastadoras nos mantienen al borde de un colapso de diverso orden y ante ello, es absolutamente obligatorio el tomar medidas contundentes para soportarlo y para evitar que los daños producidos sean menores.
En nuestra Popayán se ha vuelto reiterada la oportunidad de observar y disfrutar con optimismo y hasta con cierto gozo supremo, las soleadas mañanas que afortunadamente han contribuido a darnos tiempo para rehacer a medias lo destrozado y tomar precauciones adicionales. En horas de la tarde y sin dejar de pasar la hora 15 del día, son recurrentes las copiosas lluvias acompañadas de borrascas, tormentas, vientos huracanados, inundaciones, crecientes súbitas de ríos y quebradas, avenidas torrenciales, vendavales, deslizamientos, avalanchas y movimientos en masa. Lo mismo y con mayores destrozos se ha padecido en municipios del centro, de oriente, del sur y en general, de todo El Cauca y la gran verdad es que hoy se encuentra totalmente desbordada la capacidad institucional de respuesta eficaz ante tanta tragedia.
Los noticieros nacionales en la fría tarde de Lunes festivo, han presentado las declaraciones del Director Nacional de La Oficina de Gestión del Riesgo UNGRD y de La Directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM, quiénes han ratificado la presencia de tal eventualidad climática, muy seguramente hasta los primeros meses del próximo año y han precisado cuáles serían las zonas más afectadas, incluyendo al Cauca, desde luego. El panorama mostrado a nivel nacional definitivamente está revestido de una gravedad mayor y lo más crítico, con un crecido número de víctimas mortales y millares de colombianos damnificados que lo han perdido todo. Difícil tragedia nacional a todas luces.
Puesto que lo experimentado reiteradamente y lo anunciado mediante comunicados oficiales, dotados de credibilidad por los soportes técnicos que los sustentan, insisten en 3 o 4 meses más de travesuras de La Niña, es necesario adoptar, también desde nuestra esfera de comportamiento personal y familiar algunas posturas responsables y en tal sentido, me permito con total consideración, repetir y señalar algunas como las que expongo a continuación y que forman parte de las recomendaciones formuladas a nivel nacional:
Si observamos grietas o inclinaciones de viviendas, puentes, vías, entre otros, debemos informar rápidamente a las autoridades locales.
En casa, debemos recordar cuáles son las rutas de evacuación y establecer puntos de encuentro en caso de alguna emergencia ocasionada por las lluvias.
Debemos asegurar muy bien los techos, las tejas, y, en general, los objetos que pudieran ser arrastrados por la fuerza de vientos intensos asociados a vendavales.
Debemos revisar el estado de los tejados y de las estructuras elevadas que puedan colapsar por causa de vientos fuertes.
Debemos estar atentos frente a las recomendaciones emitidas por las autoridades competentes.
La disposición de residuos debe ser adecuada y responsable para evitar taponamientos en el alcantarillado.
Si nuestra vivienda es de un solo piso, hay que tener presente la altura de los tomacorrientes y bajar los tacos del sistema eléctrico, en caso de presentarse una inundación.
Evitar hacer actividades deportivas en áreas abiertas en el momento de tempestades.
Tener a la mano un kit de emergencias con elementos como agua potable, medicamentos básicos, linterna, fósforos y alimentos no perecederos.
Y finalmente, debemos guardar información de contacto sobre autoridades con responsabilidades al respecto para informarles todo cuanto consideres importante hacerlo. También es importante guardar la información sobre los contactos de nuestros familiares y vecinos.