FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO
La Corte Internacional de Justicia –CIJ, con sede en La Haya- resuelve, conforme al derecho internacional –D.I.-, lascontroversias jurídicas que le someten los Estados y absuelve las consultas elevadas por los órganos especializados de la ONU. La zona marina sobre la que un Estado ribereño ejerce actos de soberanía, se denomina mar territorial.
Nicaragua interpuso ante la Corte de La Haya tres demandas contra Colombia, relacionadas con su mar territorial, de las cuales ha fallado dos en favor del país centroamericano: i- En 2012, declaró como Zona Económica Especial –ZEE- nicaragüense, 75 mil kilómetros cuadrados que pertenecían a Colombia. ii- En abril de 2022, determinó que Colombia: a) obstaculizó indebidamente las actividades pesqueras e investigativas en la ZEE donde Nicaragua ejerce soberanía, mediante acciones de la armada nacional tendentes a mantener su seguridad. b) se extralimitó al demarcar su “Zona Contigua Integral” –ZCI-, porque los decretos expedidos por Santos contrariaron el D.I., excedieron las 12 millas náuticas y asumieron facultades de control, investigación científica marina y protección ambiental. La decisión de la Corte se ajustó a la CONVEMAR –Convención del Mar- y la costumbre internacional, reconoció la protección del patrimonio cultural de Colombia en la ZCI, NO le impuso sanciones ni indemnizaciones, rechazó las acusaciones sobre el otorgamiento de licencias para explorar hidrocarburos y denegó las líneas de base recta propuestas por Nicaragua, pues, contrario sensu, ¡habría incrementado el área marina nicaragüense! Es inaudito que los agentes de Colombia ante la CIJ adujeran pruebas insuficientes para evidenciar la presencia histórica y las prácticas seculares de los raizales en la ZEE, razón por la que se abstuvo de dictar medidas de amparo para sus derechos de pesca y se limitó a “invitar” a las partes a formalizar acuerdos bilaterales voluntarios. iii- Nicaragua solicitó a la Corte de La Haya declarar que su plataforma continental se prolonga, “natural e ininterrumpidamente bajo el agua”, más allá de las 200 millas de su costa –falsa aseveración-, confundiéndose con el mar territorial colombiano. Nuestro gobierno NO ratificó la CONVEMAR y, por tanto, ¡ésta es inaplicable!
La administración Uribe-Duque (2018-22) y sus agentes le han mentido, reiteradamente, al país sobre los “resultados satisfactorios” de su gestión fronteriza. Por sentencias de la CIJ, Colombia: i- perdió 75 mil kilómetros cuadrados de su mar territorial; ii- violó los derechos soberanos de Nicaragua; iii- fue amonestada para que finalizara cualquier vulneración;y, iv- debe adecuar al D.I. su ZCI. El Gobierno y sus “representantes” presentaron, falsamente, como “logro” los derechos de navegación y sobrevuelo de Colombia sobre la ZEE, “reconocidos a todos los países” del mundo. La única “victoria pírrica” consistió en la objeción de la Corte a las líneas de base recta,pretendidas por Nicaragua. Finalmente, la “Política Jurídica Exterior” alegada por Colombia es inexistente.
La Corte de La Haya estableció límites al mar territorial colombiano -2012-, los cuales, igual que sus fallos, se obedecen o incumplen. Obstinarse en que nuestro Congreso tiene competencia exclusiva y excluyente para determinar las fronteras, mediante tratados internacionales, es jurídicamente absurdo. NO es cierto que la Corte supeditara la pretensión colombiana a la pesca artesanal de los raizales a la “obligación de negociar con Nicaragua”, único Estado con derechos soberanos sobre su ZEE y, por ello, con facultades para conceder un permiso especial.
La moderna concepción de las fronteras marinas y terrestres es estrictamente técnica, marginada de intereses burocráticos. Los agentes uribistas del gobierno Duque han exhibido su INEPTITUD e INEFICACIA para defender nuestros límites. ¡No les importó regalar 75 mil kilómetros cuadrados de mar territorial, de los cuales depende la supervivencia de decenas de miles de familias de pescadores raizales! Corresponde al eventual gobierno de Petro, definir categóricamente las fronteras patrias con Venezuela y Nicaragua, a través de un equipo negociador comprometido con los intereses del país, capacitado, técnico y experimentado. OPONGÁMONOS, ¡ENÉRGICAMENTE, AL CERCENAMIENTO DE NUESTRO MAR TERRITORIAL!