Recuerdos de patria

LUIS ARÉVALO CERÓN

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Los meses de julio y agosto contienen las fechas históricas más importantes de nuestro país; un día de mercado que en el calendario de 1810 era el día 20 del séptimo mes del año se volvió importante, tanto que durante 208 años lo celebramos con espíritu patriótico; si bien es cierto que muchos despistados no tienen idea del motivo por el cual es una fecha no laborable inamovible, los colombianos en general aprendimos en los bancos escolares que en esa ocasión se produjo el primer grito de la independencia de la Nueva Granada; el malestar de quienes ocupaban este territorio cuya capital era Santa Fe de Bogotá era evidente ante el despotismo de los colonizadores españoles; desde tiempo atrás se venía gestando la emancipación si se tiene en cuenta que 16 años antes, ya el precursor Antonio Nariño había publicado la traducción de los Derechos del Hombre y los hizo circular clandestinamente en 1794; al fin llegó la hora y un hecho de poca importancia prendió la chispa de la libertad; quién iba a pensar que los preparativos de la visita del comisario regio Antonio Villavicencio sería el pretexto para una riña simuladamente independentista.

Lamentablemente los líderes granadinos de hace dos siglos, en medio de sus criterios divididos, no pudieron sostener esa luz libertadora y dieron origen a la llamada “Patria Boba”; cinco años más tarde, aquel grito de independencia se vio frustrado por la mal llamada expedición pacificadora enviada desde España; sesenta barcos de guerra y transporte zarparon del puerto español de Cádiz el 17 de febrero de 1815 al mando del tirano Pablo Morillo; con el mejor navío de guerra portador de 70 cañones, armas, pólvora y pertrechos se produjo la tristemente célebre reconquista española; fueron cuatro años de magnicidios y torturas, motivo por el cual ese lapso se conoce como la época del terror; con todo, la chispa de la libertad no se había apagado en el corazón de los granadinos quienes alimentaban la esperanza de ser independientes algún día; la sangre de los patriotas conducidos al patíbulo y el sufrimiento de quienes fueron encarcelados o desterrados abonaron el amor al suelo patrio; el anuncio del falso pacificador en el sentido de que sería implacable con los rebeldes, no pudo sofocar ese anhelo que permanecía latente entre los granadinos; hasta que un lustro después llegó la esperada redención.

Entró en acción la campaña libertadora proyectada por Simón Bolívar; inolvidable su proclama fechada el 15 de agosto de 1818: “Granadinos, el día de la América ha llegado y ningún poder humano podrá retardar el curso de la Naturaleza, guiado por la mano de la Providencia. Reunid vuestros esfuerzos a los de vuestros hermanos. Venezuela conmigo marcha a libertaros, como vosotros conmigo en los años pasados librasteis a Venezuela. Ya nuestra vanguardia cubre con el brillo de sus armas algunas provincias de nuestro territorio; y esta misma vanguardia, poderosamente auxiliada, arrojará en los mares a los destructores de la Nueva Granada. El sol no completará el curso de su actual período sin ver en todo vuestro territorio altares levantados a la libertad”. Vuelve a encenderse la luz de la emancipación con mayor brillo; cuatro batallones de infantería (Rifles, Barcelona, Bravos de Páez, Legión Británica) y tres escuadrones de caballería con 3.900 hombres en total protagonizan la lucha con Bolívar como General en Jefe; con muchas penalidades cruzan el Páramo de Pisva (Cordillera Oriental) a partir del mes de mayo de 1819 hasta el 7 de agosto del mismo año; una cruenta batalla selló definitivamente la independencia de nuestro país; son recuerdos de patria.