NELSON EDUARDO
PAZ ANAYA
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La integración del departamento demanda comprender las diferencias por la confrontación de intereses en lo político, económico, étnico y lo regional, para diseñar estrategias tendientes a conformar una región preparada, que responda a los desafíos de una economía dinámica, que obliga procesos de innovación para poder competir con resultados.
La movilización social, que de manera permanente se da en el departamento, manifiesta la presión colectiva en la búsqueda por superar los obstáculos que cada sector percibe se interponen en el logro de su desarrollo; y en ocasiones produce el rechazo de otros estamentos. Sin embargo, un análisis objetivo, demuestra como la problemática a todos cubre; el aspecto vial, la salud, el ingreso, la equidad, torbellino de paradigmas perdidos en el tiempo, con los cuales se ha engañado al Cauca.
La construcción de región se inicia con el reconocimiento de sus pobladores, la aceptación de sus diferencias, que al final construyen un fortalecimiento de sus bases culturales para viabilizar la superación de la pobreza y así poder, con el acopio del conocimiento, fortalecer la producción sostenible de los diversos sectores y la distribución del ingreso.
Oportuno hacer sumatoria de propósitos, no continuar con el des-gaste de hacer de la lucha social una retaliación entre las etnias o entre las regiones, o entre la ciudad y el campo. Aquí todos necesitamos de todos y es precisamente esa circunstancia la que permite hacer de la región un lugar con las mayores posibilidades. No se trata de esconder el espacio de la confrontación, o de llegar a los silencios cómplices, sino de aprovechar la discusión productiva.
La problemática que genera las luchas étnicas y regionales, urbanas y rurales, así como las de los diversos sectores de la producción, sin propósitos comunes, es expresión del convulsionado mundo local, que permite la manipulación centralista en las decisiones y en las inversiones en el departamento, acumulando un pasivo social incrementado por el aumento poblacional a raíz del desplazamiento.
Si bien es cierto se carga un reservado histórico de deficiencias, tenemos debilidad institucional, falta infraestructura, la producción agropecuaria no es competitiva, es necesaria la coca para que se mue-va la economía del departamento, la universidad todavía está lejos de ser instrumento de incidencia en su entorno, agobian los indicadores de pobreza y atraso, si en ocasiones es poca la altivez para el reclamo por lo justo, también es cierto mestizos, indios, negros, raizales y migrantes, han demostrado su gran poder de recuperación como se dio después del terremoto, de la avalancha del Páez, y que decir de las comunidades afros, sin el reconocimiento de su aporte a la economía regional en todos los tiempos.
Ningún sector en el Cauca, con las condiciones de la época actual, podrá salir adelante sin enlaces de entendimiento y cooperación recíproca. Cómo hablar de las expectativas del proceso de paz, si se insiste en el rechazo del otro, precisamente cuando la base para hacer el progreso está en comunidades fortalecidas, conscientes de sus diferencias y de la contradicción de sus intereses, pero con la claridad de que hay asuntos que competen a todos, para el logro de los mejores resultados.
El Gobernador y los alcaldes, los Diputados y Concejales, los Cabildos, Juntas de Acción Comunal, los Consejos de Comunidades Afrocolombianas, toda una red de Organizaciones Cívicas, Gremiales y Sociales tienen la disponibilidad para tratar de hacer las cosas de la mejor forma posible. Entonces ¿por qué no superar las pequeñas cosas que impiden la formación de un propósito grande, antes de que sea tarde y no se tenga como responder a la historia?
La próxima movilización, conocida por el gobierno nacional, ojalá no tenga por solución: actas o mesas de acuerdos firmados en la vía, en medio del agotamiento, por funcionarios sin incidencia en las fu-turas decisiones que tanto lio han creado en el Cauca. Preferible posiciones de Estado en la formulación de políticas públicas concertadas, para una población víctima de la violencia, por la confrontación bélica y por las implicaciones del modelo económico.
Se espera prudencia de los gremios, tan dispuestos en señalar su afectación por las protestas y tan poco expresivos, cuando el gobierno, a través de las Superintendencias, instituciones de expresión directa de control del Señor Presidente, cuestionan y sancionan empresas por hacer pactos ilegales con el fin de robar en los precios al consumidor. Los sujetos que protestan son los mismos que mueven el comercio.
El primer paradigma que debemos soñar los caucanos, es el de ponernos de acuerdo en compartir una misma tierra, con posibilidades y problemas, pero con la firme decisión de, aún en medio de la confrontación, con el propósito del reconocimiento, sentar las bases para con toda la disponibilidad individual y colectiva, establecer de manera autónoma cómo debe ser la vida en la región.
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