A los más de 2 mil indígenas que llegaron ayer a la capital del país, hoy, el Gobernador del Cauca, Óscar Rodrigo Campo Hurtado llegó a la plaza de Bolívar. Acompañado por los alcaldes de los 42 municipios y representantes de las fuerzas vivas del departamento, realizaron un acto simbólico frente a la necesidad de consolidar la paz en el territorio colombiano.
“Los caucanos y caucanas hemos decidido hablarle al país desde la diversidad de nuestra región, la complejidad de nuestros problemas y la esperanza en un territorio de paz. Son 42 alcaldes y alcaldesas , ademas de organizaciones sociales que representan las voces de quienes han vivido en la violencia y es desde allí, donde tenemos los argumentos suficientes para decirle a Colombia que necesitamos lograr un respiro de tranquilidad llamado paz” señaló el mandatario de los caucanos.
Así mismo,Campo Huratado destacó las iniciativas de paz del Gobierno Naciona con el ELN, manifestando su compromiso de respaldo absoluto , esto teniendo en cuenta que el cese al fuego en el departamento ha devuelto la confianza y la ilusión en una Colombia que deja atrás las armas para dar paso a la democracia.
Los Misak símbolo de unión y resistencia
Desde su territorio sagrado en las montañas del Cauca y con su habitual vestimenta: ‘el anaco’, más de 2000 miembros de la comunidad Misak llegaron a la capital del país y se reunieron con el presidente Santos, a quien le pidieron no dejar de persistir por alcanzar la paz.
La Plaza de Armas de la Casa de Nariño se vistió de colores y alegría, pues además de los mayores, los niños Misak también hicieron presencia. A los representantes del Cauca, se unieron indígenas del Valle, Huila, Caquetá, Nariño, Cundinamarca y Magdalena –donde viven más de 26.000 indígenas-.
“Queremos que la paz esté en todo el territorio nacional. Los que votaron por el sí estamos sufriendo. Los que votamos por el sí estamos desangrando poco a poco, pero no queremos que desangre esa paz. Si alguien dice buscaremos la paz, nosotros estaremos allí”, dijo Joaquín Morales, líder de la comunidad indígena Misak.
Las mujeres Misak también tuvieron su vocería en la reunión con el presidente Santos y a través de la coordinadora del Plan Salvaguarda de la Comunidad Misak, Liliana Pechené, expresó que el clamor de todos los pueblos indígenas es que se lleve a feliz término el proceso de paz.
“No hay que parar. Este Premio Nobel que se le ha otorgado es un premio para todos los colombianos, todas las víctimas, los que hemos luchado en este proceso, los afrocolombianos, y el resto de colombianos. Desde ese sentir y esa tranquilidad les decimos que la no violencia es la ruta para tener una sociedad incluyente, que vincule los derechos, nuestros derechos indígenas”, agregó la lideresa.
De igual forma, la comunidad reafirmó el deseo de tener vía libre para contar con un escenario para expresar esos pensamientos, y sentarse con las partes en conflicto.
Finalmente, el mandatario de los colombianos expresó “se nos abrió una gran oportunidad para dialogar y ampliar esa paz estable y duradera, para que la hagamos más profunda. El Premio Nobel que me anunciaron hace unos días me obliga aún mucho más. Voy a seguir insistiendo con los del Sí, con los del No, con los que no votaron, porque estoy convencido que nos llegó la hora de la paz. Que podemos unirnos y comenzar a construir esa paz. Que va a durar mucho tiempo. Requiere mucho esfuerzo, tenacidad, eso mismo que el pueblo Misak ha tenido durante tantos siglos”.
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