Empezó una agitada gira por varios municipios el gobernador electo Oscar Campo, sin que mediara descanso alguno, a los pocos días de ser ungido como el próximo mandatario de los caucanos reinició sus labores y produjo varios mensajes que vale la pena analizar.
Viajó a Corinto, compartió con habitantes de Miranda, Caloto, Guachené, Padilla y Toribío en uno de los municipios más complejos desde el punto de vista de la presencia de las FARC, con un complejísimo panorama de cultivos ilícitos en lo que puede ser un polo de desarrollo en la puerta de ingreso al olvidado nororiente indígena.
Luego visitó Puerto Tejada, en uno de sus barrios más humildes donde se presenta un inmenso fenómeno de pandillismo y violencia, con altos índices de exclusión social, dialogó con ciudadanos de Villa Rica, Santander, Suárez y Buenos Aires
Estuvo en El Tambo, en la cabecera, en cuatro esquinas y en San Joaquín, en esta región convulsionada por décadas por la presencia de las estructuras violentas que se nutren del narcotráfico y que han convertido esta zona en el acceso terrestre a nuestra costa pacífica.
En Totoró se reunió con las comunidades de Caldono, Jambaló, Inzá, Páez y Silvia, los municipios de mayor presencia indígena, donde llevó un mensaje de pluriculturalidad del Cauca, con la necesidad de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y la urgencia de convencernos de la necesidad del reconocimiento mutuo entre todos y sobre todo el respeto a la diferencia dentro del marco del ordenamiento jurídico.
Popayán alojó comisiones de Morales, Piendamó, Cajibío, Timbío, Puracé y Sotará, municipios campesinos, llenos de pequeños propietarios que tienen su expectativa económica en la producción agropecuaria y que tienen la imperiosa obligación de mejorar su infraestructura para ser competitivos.
El municipio de Bolivar fue el escenario de convergencia para los habitantes de Almaguer, La Vega, San Sebastián, y Santa Rosa, los guardianes de nuestra fábrica natural de agua, el Macizo Colombiano, una región estratégica a nivel mundial que debe ser protegida con un modelo de progreso eficiente pero absolutamente respetuoso del medio ambiente.
En Patía tuvo un dialogo franco con las comunidades de Balboa, Argelia, Sucre, Rosas, La Sierra, Florencia, y Mercaderes, habló sobre la difícil situación de los cultivos ilícitos y los retos del postconflicto en esta región azotada por décadas de violencia.
Sigue en su agenda la visita a la Costa Pacífica, Guapi, López de Micay y Timbiquí, nuestro tesoro escondido al que se le debe dar especial atención por su deficiente conectividad y nula integración vial con el resto del Cauca.
Estas visitas nos van mostrando un nuevo estilo, cercano a la comunidad, con la capacidad de escucharlos directamente y construir junto a los ciudadanos modelos y caminos de desarrollo más eficientes y efectivos.
Pero igualmente nos indican una nueva forma de comprender el Cauca como un departamento de regiones en medio de una diversidad maravillosa, poder comprender dificultades compartidas entre varios municipios puede abrir la puerta a soluciones que impacten zonas geográficas, étnicas y sociales con variables comunes.
Planes, proyectos y programas subregionales pueden dinamizar el Cauca hacia el futuro, ese es el reto del nuevo Gobernador, sacudir la historia para llevar al departamento por la senda del progreso y la unidad dentro del respeto a la diferencia.
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