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FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO
La voz inglesa mass-media designa el conjunto de medios de comunicación que permiten transmitir información a grupos sociales muy diversos. Son omnipresentes y cumplen una función alienatoria que controla los sistemas de conceptos, representaciones y conductas, impidiéndonos pensar por sí mismos. Sólo tienen libertad para divulgar pensamientos y opiniones los dueños de los massmedia.
Las noticias emitidas distorsionan la realidad obstaculizando su conocimiento, configurando una genuina desinformación. Los medios son los dispositivos idóneos para difundir informes afines con los intereses dominantes y orientar el parecer en una dirección determinada.
Poderosas centrales conducidas por especialistas generan y comercializan información tendenciosa, propagada por los mass-media.
Es el control de la comunicación por los usufructuarios del poder económico, político y militar, en función de sus intereses.
Los medios enajenan a los receptores de mensajes, desfiguran la realidad, obstruyen el entendimiento, imponen el pensamiento uniforme, inculcan la escala de valores imperante, fortalecen el conformismo y difunden la violencia: ¡Son los mass-media al servicio de la normalización social!
La noticia se fabrica y transmite con un contenido predeterminado para favorecer los consorcios y gobiernos que dominan el sistema económico globalizado, transformando la información en auténtica mercancía de consumo masivo, sin que interese su veracidad. Las fuentes disponibles por los receptores se limitan a pocas agencias noticiosas, controladas directamente por los propietarios del complejo financiero-industrial comercial-militar.
La distribución simbiótica de informes globales implica el control de la sociedad. El sistema se orienta a distraer al ciudadano engendrando sociedades sumisas, antagónicas a cualquier expresión de cambio. Concienciarnos de la carga impuesta mediante tal mecanismo y develar las pretensiones de las centrales de información permitiría formar una opinión plural e independiente sobre el acontecer y luchar por la información veraz. La revolución en las telecomunicaciones, la informática, las redes de cubrimiento mundial, la emisión, transmisión, recepción de imágenes, sonidos, mensajes y datos, han transformado el orbe.
La televisión exhibe omnipotencia y sus características inmanentes -instantaneidad, cubrimiento universal e inmaterialidad permiten intercambiar informes y figuras inmediatas por todo el globo, imponiendo la ideología del pensamiento único, doctrina que pretende subordinarnos a los intereses del capital internacional y se difunde a través de los aparatos ideológicos del Estado, particularmente la televisión. Su ratio, generar consenso. ¡En las sociedades mediáticas repetir equivale a demostrar! La televisión proyecta un falso presente, produce actualidad, determinando los contenidos y el rumbo de la prensa y la radio. Estampa y sonido acaparan la atención del tele-espectador quien, deslumbrado por el torrente informativo, deglute sin asimilar el menú que le atiborra la mente, estableciéndose una antinomia entre la velocidad de la imagen y el pensamiento que obtura el proceso racional de interpretación noticiosa y su reflexión. ¡Observando al “cíclope catódico” nos desinformamos! No podemos conocer el mundo devorando comunicaciones mediadas. La consciencia acrítica, siguiendo a Hegel, nos induce a creer que “una cosa es por las demás”.
La coerción social utiliza la televisión, la electrónica e informática, para obligar el acatamiento homogéneo de los ciudadanos a un conjunto de reglas y conductas colectivas. ¡Es la libertad manipulada, condicionada y vigilada! Hoy, la televisión es el más importante instrumento para la normalizar a nuestra especie: interioriza los sistemas de valores, moldea prejuicios, troca ideas y actitudes, justifica regímenes y acciones autoritarias, difunde la violencia e implanta los intereses del pensamiento único. Su contracara, la televisión educativa, instrumento para difundir la ciencia y la tecnología, la cultura universal, la naturaleza y la sociedad, los pueblos del mundo y sus costumbres, etc., nos abre la puerta para cultivar el pensamiento autónomo, motivándonos a transformar el orden existente.
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