Cristian Zapata, Adrián Ramos, Éder Álvarez Balanta y Carlos Carbonero conforman la primera generación de jugadores con sangre caucana con minutos en el mundial.
La corta historia de Colombia en los mundiales no había permitido que otros caucanos hubieran llegado a contar con minutos en Chile 1962, Italia 90, Estados Unidos 94 o Francia 98, pero en Brasil 2014 cuatro guerreros con sangre caucana escribieron la primera página de la historia del fútbol de este departamento ante el mundo.
Desde el primer minuto en Brasil, Cristian Zapata enalteció el orgullo de Padilla, cuando saltó al campo para entonar el himno nacional de la República de Colombia y situarse luego en la zaga defensiva junto a Mario Yepes.
Fue el momento más sorpresivo para el defensa, acostumbrado durante la eliminatoria a ver desde la banca de alternantes los juegos más decisivos del combinado patrio en estos últimos cuatro años. No saltó al césped como titular en eliminatorias pese a sus buenas presentaciones con el Milan de Italia, ni cuando el capitán Los caucanos que hacen historia en el Mundial
Cristian Zapata, Adrián Ramos, Éder Álvarez Balanta y Carlos Carbonero conforman la primera generación de jugadores con sangre caucana con minutos en el mundial.
Mario Yepes tuvo que quedarse por fuera por acumulación de amarillas. Después del capitán, Luis Amaranto Perea era el timonel de la zaga de centrales, y si alguno de los dos faltaba el tercero era Aquivaldo Mosquera, pero luego llegó Carlos Valdés e hizo más extensa la lista.
Sin Mosquera y Perea, en el Mineirao su jerarquía pesó más que la habilidad del caleño Carlos Valdés, y entonces inmortalizó su nombre como el primer caucano que jugaba un mundial. Completó 90 minutos y contra Costa de Mar l repitió. Se ganó el puesto de titular y se complementó de forma impecable con Mario Yepes.
Pero a esta Selección Colombia le alcanzó la Copa del Mundo para hacer historia con cada partido. Por primera vez, la selección nacional le dio minutos a 21 de sus 23 jugadores, haciendo valer el significado de contar con cada uno para José Pékerman.
Ahí tuvo su oportunidad el ariete Adrián Ramos, quien destacó en el partido contra Japón pese a que no marcó gol, pero sí por su colaboración en el juego de equipo, en la labor de ataque en la que asumió el papel de coprotagonista junto a Jackson Martínez.
Éder Álvarez Balanta jugó los 90 minutos de ese partido ante Japón, y aunque no desentonó, sí aprovechó su tiempo en el césped para advertir que será uno de los reemplazos naturales de los veteranos Perea y Yepes.
Carlos Carbonero ingresó para el segundo tiempo del juego contra Japón, y cerró así la seguidilla de caucanos de corazón debutando en Brasil, para dejar la puerta abierta a nuevas generaciones en próximos mundiales.
Nombres tan importantes para el fútbol colombiano como Pedro Antonio Zape, Joaquín “Pelé” González u Otoniel Quintana pertenecieron a una generación perdida de Selecciones Colombia.
Fueron las épocas de los años sesenta y setenta, en las que la Tricolor apenas sí participó y cumplió con papeles dignos en Copas América y eliminatorias, pero no llegó a encontrar la fórmula para clasificar a un mundial.
Tampoco los sistemas eliminatorios del continente favorecieron. En ambas décadas, hasta el mundial de Italia 90, comenzando por el Mundial de México 1970, el sistema de clasificación de la Conmebol se dividía en tres grupos, y en cada grupo clasificaba sólo el primero a la Copa Mundial.
Sin duda, los más destacados de esa generación dorada del Cauca fueron los porteros Otoniel Quintana y Pedro Zape. El primero relevado por el segundo en el año 1975, cuando Colombia fue subcampeona de la Copa América que ganó Perú, con Pedro como el portero más destacado del país y del certamen. Jorge Ambuila, Fernando “Bombillo” Castro y “Tizón” González también pertenecieron a la generación que con más fútbol que fortuna se quedó sin mundial, hasta que llegó la década más importante para el fútbol colombiano, en los años noventa, con la clasificación a tres mundiales seguidos que se perdieron otros caucanos como Arley Dinas, Walter “El Potro”Escobar, Martín Zapata, Níver Arboleda o Jaír Abonía, quienes no contaron con la suerte ser llamados a integrar el grupo nacional en ninguna de las tres oportunidades, pese a destacar con sus respectivos clubes por esos días.
Entre los más recientes de la lista, pertenecientes a la segunda etapa de la generación perdida entre 1998 y 2014, están Iván Trujillo, José Mera y José “Pepe” Moreno, de los cuales sólo Mera hizo parte de la Selección Colombia de mayores en 2003 en Copa Confederaciones, luego de ganar la Copa América.
Hasta los días de Adrián Ramos, Cristian Zapata y los bogotanos con raíces caucanas como Éder Álvarez Balanta y Carlos Carbonero, tras 62 años de historia en los mundiales, el Cauca logró aportar jugadores protagonistas en la Selección Colombia en medio de un mundial.
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