Los Cantos de Vaquería de los Llanos Orientales

Esta tradición cultural fue declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Por María Alexandra Méndez Valencia

Especial para El Nuevo Liberal

Jinete llanero arreando el ganado en los Llanos Orientales Colombianos. / Suministrada – El Nuevo Liberal.

En enero de 2014, se nombraron los cantos de trabajo de llano como Patrimonio Inmaterial de Colombia, porque requerían medidas urgentes para su conservación.

Desde 2011, el investigador Jhon Moreno Riaño, en compañía de funcionarios del Ministerio de Cultura y algunos vaqueros, iniciaron recorridos por hatos del bajo Casanare, Vichada, Arauca y municipios del Meta, como Cumaral, Cabuyaro y Villavicencio, donde se realizaron algunos encuentros.

Estuvieron buscando a los portadores de la tradición de los ‘Cantos de Vaquería’ hasta el 2013, con el objetivo de construir el Plan de Salvaguardia.

En enero de 2014, se nombraron los cantos de trabajo de llano como Patrimonio Inmaterial de Colombia, porque requerían medidas urgentes para su conservación.

En 2015 se inicia la gestión con la Unesco para convertirlo en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y es allí cuando Venezuela manifiesta que quiere unirse al proceso. Para ello se arma un expediente binacional que se presenta ante la Unesco.

Declaratoria de la UNESCO

La decisión se tomó durante la sesión No. 12 del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Unesco, en la isla surcoreana de Jeju, hace escasos meses.

Con este reconocimiento, será posible recibir cooperación internacional, con el objeto de preservar y mantener este tipo de expresiones en las faenas llaneras.

La declaratoria, es un reconocimiento a la cultura y costumbres de los habitantes de más de media Colombia, en una región donde se trabaja silenciosamente y desde donde siempre se han tejido hilos de paz. Ya era hora que esto sucediera por la labor que desempeña el llanero y que pocos valoran.

Al respecto, Ovidio Rivera, cantautor de música llanera, expresó: “Esperamos que a partir de ello, la gente se interese por tener más acercamiento a lo que es una faena llanera, porque los cantos son como el ángel que los motiva y acompaña en sus labores diarias”.

Esta inclusión en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, podría generar interés por saber más de los cantos, y eventualmente motivaría a los gestores culturales de la región, a continuar transmitiendo esa parte de la cultura llanera a los jóvenes.

Salvaguardia

Con la inclusión de los cantos de vaquería en la lista de Patrimonio que requiere una salvaguardia urgente, se posibilita la inserción en los nuevos tiempos de las comunidades que pueblan esta vasta área geográfica, sin desmerecer su profundo conocimiento del medio natural y el respeto de su entorno. El mensaje es para que el pueblo colombiano valore más sus raíces y reconozca la cultura del oriente del país. También podría verse como un llamado de atención a los dirigentes regionales y nacionales para que no se interesen en el llano por su riqueza petrolífera sino por sus manifestaciones culturales sorprendentes.

La medida de salvaguardia urgente de esta manifestación compartida entre Colombia y Venezuela, demuestra la preocupación que existe en la Unesco, por la posible desaparición de esta manifestación cultural autóctona de los llanos orientales. Es decir, que se aprobó dicha inclusión, aclarando que se deben atender de inmediato los riesgos identificados en esta expresión de la cultura que evidencia las tradiciones compartidas entre dos países.

El Ministerio de Cultura ha venido trabajando con las comunidades desde el 2011, para preservarla como un valor patrimonial para la región y para la humanidad, porque se trata de una manifestación única asociada a los oficios de los vaqueros, los arreadores de ganado y demás portadores de esta hermosa e inmensa zona geográfica.

Los Cantos

Estos cantos suelen escucharse al amanecer en los llanos de Colombia y Venezuela, cantados a capela por hombres a caballo que arrean ganado, aunque también se asocian con el ordeño. Su origen se remonta posiblemente al siglo XIX en la zona llanera colombo-venezolana, de unos 500.000 km2. El trabajador se acompaña a sí mismo mientras realiza sus tareas, señaló Bettisimar Díaz, hija del reconocido músico del folclore venezolano Simón Díaz (1828 – 2014), autor de la canción “Caballo Viejo”.

Los cantos tienen notas largas y versos espaciados tanto en el arreo como en el ordeño.

En el ordeño, los versos tienen un “tono más apegado a lo emocional, que le sirven al ordeñador para desahogar sus penas y conseguir el apoyo de la vaca, que se relaja”.

En el arreo, en cambio, el canto se llena de llamadas de atención a los animales para que no se pierdan y puedan seguir en grupo.

La idea de los cantos nació hace poco más dos siglos, para crear una conexión entre el llanero y el ganado, al ver que eran unos animales agresivos y la mayoría de las veces difíciles de manejar, más aún cuando el camino tardaba más de cuatro días con 500 novillos, en aquellas épocas de extensos hatos.

Los vaqueros dicen que en el momento en que el ganado va entrando al corral ellos le van cantando, le van silbando. Explican que ellos a veces no pueden estar, y solicitan a otras personas que hagan la tarea, porque las reses extrañan los cantos.

Por tratarse de una tradición que se transmite de generación en generación, los cantos van cambiando en función de la zona geográfica, el clima, los animales o la época vivida. Además, al hacerse a cielo abierto, están impregnados de imágenes del paisaje y sus misterios.

Según María Ismenia Toledo, antropóloga experta en Patrimonio Cultural Inmaterial: “estos cantos constituyen un testimonio del devenir histórico de las comunidades y territorios en los que se inserta, resistiendo la pérdida de conocimientos y memorias colectivas que implicarían el desarrollismo o la mecanización”.

Tanto la experta como los folcloristas advirtieron de la amenaza que corren los cantos por causa de la industrialización de la ganadería que implica el transporte de los animales en camiones y la mecanización del ordeño.

Además, la utilidad de estos cantos se está perdiendo. Los hatos están en crisis, y ya no se necesita tanta gente para arriar las vacas de un lugar a otro. Hoy son cada vez más escasos los terrenos baldíos donde poner el ganado y al imponerse el alambrado, se va olvidando poco a poco esa vieja costumbre de cuidar las reses en la noche, cantando.

Para todos los gustos

Estos cantos asociados a la ganadería se dividen en:

Cantos de ordeño: se realizan con el fin de tranquilizar al ganado a la hora de ordeñarlo y crear un vínculo permanente, además, según los llaneros, estos cantos hacen que las vacas produzcan más cantidad de leche:

“Se me murió Millonaria

Pero me dejó a Fortuna

Si se muere Luna Llena

Me queda la Media Luna”

Cantos de cabestreo: este tipo de canto es realizado por los jinetes con el objetivo de hacer que el ganado se acostumbre, se ponga en fila o “ajile” y avance.

“Ajila, ajila ganao

Despide tu comedero

Que te llevan pa’ Villao

Y después al matadero”

Cantos de vela: este tipo de canto es usado para que el ganado no se duerma en los corrales de las posadas durante la ganadería y que por cualquier ruido se despierte y espante.

“Novillito, novillito

No te pongas a bramar

Que ya viene el compañero

El que me va a reemplazar”

Cantos de domesticación: estos cantos son muy usados para que el ganado además de acostumbrarse a la presencia del llanero, aprenda a seguir mejor las órdenes a través de sonidos específicos. Para estos cantos es muy común usar un cuerno (cacho) para llamar el ganado.

 Ueeeehuuueee novillo

 Por arriba corre el agua

 Por debajo piedrecitas

 En la orilla de la quebrá

 Ueee huuuee

 Yo no lo vi morí

 pero lo ayudé a enterrá

 uheee echá pal ante uheee