El filósofo marxista Louis Althusser escribió una especie de panfleto absolutamente esclarecedor: los aparatos ideológicos del Estado. Esté o no uno de acuerdo con las teorías del francés, lo cierto es que allí condensa y resalta la importancia de varias instituciones en la formación de los valores dominantes de la sociedad. De entre las instituciones que señala están las iglesias, los medios de comunicación y las instituciones educativas. Hago la referencia a propósito de un anuncio que encontré esta semana de que los hijos del ex presidente Álvaro Uribe dictarían una charla inspiradora de emprendimiento en una universidad, Elite, que el medio identificaba como de propiedad del senador:
Uribe había dicho aún desde cuando ejercía la Presidencia que montaría una Universidad. Ese sector político ha hecho esfuerzos sistemáticos por fundar u ocupar medios de comunicación, ha mantenido influencia en otras universidades y aunque no ha permeado la estructura de la iglesia católica sí lo ha hecho con otras iglesias y sus directivos suelen mostrarse como católicos muy creyentes y activos.
Elite se presenta como la Escuela Latinoamericana de Ingenieros Tecnólogos y Empresarios y aunque no ha obtenido el reconocimiento como Universidad ya ofrece cursos de distintas clases y estudian unos doscientos estudiantes. Allí dicta charlas el ex presidente y es dirigida por quien fuera su director del Sena, Dario Montoya.
El Centro Democrático promueve un medio virtual que se llama periódico Debate, que no ha conseguido mucho tráfico a pesar de que se difunde a través de redes como el Twitter de Uribe que tiene millones de seguidores.La influencia de ese sector político es notoria en algunos medios de comunicación como en el noticiero radial La Hora de la Verdad de una emisora de RCN, que dirige Fernando Londoño. Tiene afinidades con El Colombiano y con la designación de Claudia Gurisati en la dirección de Noticias RCN, la empresa toma partido en lo político. Ya el grupo Ardila se la había jugado en el pasado, con un costo muy alto en términos de audiencia, con la designación de Francisco Santos como director del noticiero de su cadena básica en radio. No es un secreto tampoco su afinidad con los propietarios del canal Cable Noticias y un largo etcétera a nivel regional.
Lo interesante es resaltar la estrategia uribista que parece de inspiración “althusseriana”. Partidos políticos de izquierda han intentado hacer cosas parecidas: han mantenido el semanario Voz, han influido en los sindicatos de los maestros y tienen influencia en muchos profesores de universidades públicas. La pregunta es cómo actúan en estos escenarios otros partidos.
Los conservadores influyen en universidades como la Sergio Arboleda, espacio que ahora disputan con el uribismo. La Universidad de La Sabana difunde valores católicos del Opus Dei. Los periódicos que tradicionalmente han sido conservadores lo siguen siendo como El País de Cali y La Patria de Manizales, para citar solo algunos ejemplos.
Mientras tanto, los medios de comunicación de origen liberal y asociados durante largo tiempo al propio Partido Liberal como El Tiempo y El Espectador hoy son “independientes”, si bien El Espectador mantiene una orientación profundamente liberal y sus propietarios siempre estuvieron asociados al liberalismo, en El Tiempo hay un “santismo” transitorio y su propiedad hoy está en cabeza de un empresario más conservador como Luis Carlos Sarmiento.
Algunas universidades liberales, que también tuvieron durante algún tiempo un lazo fuerte con la organización partidaria como la Libre o el propio Externado, hoy siguen siendo filosóficamente liberales pero ya no tienen relación con ese Partido.
El uribismo hace juicioso la tarea de copar los “aparatos ideológicos”, e incluso compite con la izquierda por participar en organizaciones gremiales, sindicales o de otra índole. Para la derecha o para la izquierda cada sector que pueden cooptar lo entienden como estratégico. Los partidos más de centro en Colombia, en cambio, parecen no querer jugar en esos espacios. Salvo algún esfuerzo del Partido Liberal de apoyar algunos periódicos regionales, La U o Cambio Radical prácticamente no hacen nada en este campo.
Uribe juega en el corto plazo, pero piensa en el largo plazo y por eso se mete en las universidades, en los medios de comunicación y en las organizaciones sociales. La diferencia entre la manera como se enfrenta el juego en estos escenarios se muestra en la definición de la Presidencia de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Bogotá: Uribe entendía que era una jugada estratégica y por eso promovió con todo al Presidente de Fenalco, Santos entendía que había un amigo, de muy buenas calidades personales o profesionales y que por él y por la Cámara sería bueno que fuese elegido.
Es muy interesante el análisis de cómo se juega la política en esos espacios no electorales, en los que se construye una base de apoyo a una determinada ideología. No es difícil entender que el apoyo mayoritario a, por ejemplo, una salida negociada al conflicto armado, o al reconocimiento de derechos de parejas homosexuales, o al derecho de la mujer a decidir si aborta o no, o cual es el trato que se le da a una minoría no se consigue con una campaña publicitaria, ni de un día para otro, sino copando los aparatos ideológicos.
Uribe ha entendido bien ese juego. ¿Y los otros?
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