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    Liquidar el Esmad

    FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO

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    Durante el gobierno de Andrés Pastrana se creó, transitoriamente, el Escuadrón Móvil Antidisturbios -ESMAD (Res. 1363 de 14/04/1999). Fue formalizado por Álvaro Uribe (Res. 2464 de 17/07/2007), como Unidad Especial, permanente, con la misión de controlar los disturbios, multitudes y bloqueos urbanos y rurales. Sus antecedentes institucionales son nefastos: el SIC -Servicio de Inteligencia Colombiano; el DAS -Departamento Administrativo de Seguridad; las CONVIVIR -Cooperativas de Seguridad Rural (convertidas en Auc); la BRIGADA XX -Unidad Central de Inteligencia del Ejército; entidades que fueron liquidadas por los desastres políticosociales que ocasionaron, las atrocidades y homicidios contra activistas y defensores de DDHH, ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzadas, corrupción, interceptaciones ilegales, apoyo al paramilitarismo, “uso de mala fe de armas no letales” y otros propósitos non sanctos.

    El detonante contra su existencia fue el asesinato del estudiante Dylan Cruz, ocurrida el 23 de noviembre de 2019, el cual, según dictamen de Medicina Legal, corresponde al tipo “violenta-homicidio”, “trauma craneoencefálico penetrante ocasionado por munición de impacto”, “Un cartucho de carga múltiple,…tipo “bean bag”, disparado en un arma de fuego, tipo escopeta, calibre 12”. Conforme a los protocolos internacionales, tales armas deben apuntarse a los atacantes para impactarlos en el “bajo abdomen o las piernas”, ¡no en la cabeza!, como ocurrió en el caso referido.




    El censurado ex-Mindefensa Botero impulsó la formación de “pelotones antidisturbios”, dedicados a “controlar multitudes, protestas sociales y apoyar la policía cuando las situaciones los sobrepasen”. Sus integrantes son soldados entrenados como contraguerrillas. El Esmad contabiliza 34 víctimas fatales, en 20 años de operaciones, entre campesinos, estudiantes, indígenas,  indicalistas y manifestantes. Su doctrina: Espíritu de Cuerpo, exige grupos cohesionados por la moral militar fundada en la disciplina, obediencia y lealtad, esprit que los impele al “sacrificio” y al homicidio. Su slogan: “Somos fuertes porque somos más que un grupo de policías dispuestos a darlo todo, somos una familia. Somos el mejor escuadrón antidisturbios de América”.

    La ciudadanía demanda equidad y justicia en las calles, legitima la protesta y lucha por sus derechos. Entre tanto, a sus espaldas, mientras el gobierno “conversa” con el Comité de Paro, el Congreso avanza en la aprobación de las reformas tributaria, laboral y pensional; Duque crea por decreto el “holding” -sociedad financiera administradora de un conjunto de empresas estatales dedicadas a diversas actividades-, que adelantará las privatizaciones; el “fracking” petrolero prosigue e, igualmente, la destrucción ambiental; el financiamiento de la educación pública superior continúa en stand by; no hay recursos para implementar el “proceso de paz”; la masacre de líderes sociales es incontenible; el desempleo crece a tasas superiores al 10%; la salud es una expresión vacía de contenido. ¡Y contra el caos enunciado, una sola respuesta: ESMAD!

    Algunas censuras al ESMAD: i- Es un escuadrón de ataque, sin civismo alguno; ii- Su función es esencialmente represiva, no preventiva; iii- Cataloga los manifestantes como criminales, no como reclamantes; iv- Quienes piensan y actúan diferente a ellos, son  tratados como enemigos; v- Los “robots” se desmandan a título personal, alejándose de los estándares operativos; vi- Su conducción de los disturbios, desvanece la autoridad civil; vii- Se requiere revisar a fondo la política estatal en materia de seguridad.

    El abuso de la fuerza por parte del Escuadrón obliga a liquidarlo y a reemplazarlo por una unidad policial cívica, enmarcada en el respeto de los DDHH. ¡Su disolución es imperativa! En un contexto caldeado por la inconformidad, la miseria y las necesidades, la respuesta principal del gobierno no puede ser el ESMAD. En los Acuerdos de Paz de La Habana se prohibió el tratamiento militar a la protesta social y se pactaron el desmonte de este cuerpo antidisturbios y las garantías para la movilización y la protesta pacífica. ¡Nuestro enemigo es el miedo. La unidad nos hace indestructibles. Protestemos multitudinariamente, unidos en torno a unas reivindicaciones mínimas. No le temamos el Esmad!

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