Un laboratorio de paz a través de los coros, es la apuesta de la Secretaría de Cultura municipal. Diez coros de niños hacen parte de este proyecto que desde agosto coordina la Fundación Titi Ta y que busca que todos los menores de la ciudad crezcan cantando.
Olga Portilla Dorado
Dana, Camila y Juliana*, tres hermanas que viven en la vereda Villanueva* iniciaron, como otros pequeños, la formación en el coro de la Fundación Titi Ta, la cual en el año 2008 tuvo el ambicioso proyecto de tener un coro por cada comuna (9) y dos más en la zona rural.
Para las tres pequeñas, recorrer varios kilómetros para llegar al sitio de ensayo ubicado en la vereda La Rejoya o desplazarse hasta la sede principal del colegio Comercial del Norte, a donde pertenece el coro; nunca fue una excusa para dejar de ensayar con sus maestros cada partitura que entonaban con su dulce voz.
Al pasar los días, los profesores María Teresa Potes y Felipe Estrada, directores de la Fundación, se percataron que en cada ensayo siempre faltaba una de las niñas, es decir cuando llegaba el día de la clase no asistían las tres sino solo dos de las pequeñas.
Cuando los músicos preguntaban a las pequeñas porque una de ellas no había asistido a los ensayos, siempre había una excusa; hasta que un día, todos los niños fueron citados porque había un concierto y todos los integrantes debían cantar ya que para eso se habían preparado en cada clase. Fue ahí cuando la menor de las hermanas le contó a sus ‘profes’ qué sucedía, por qué en los ensayos siempre faltaba una de ellas.
Sin tener que echar una moneda al aire para saber quién era la siguiente que debía faltar, Dana, Camila y Juliana, se turnaban los dos pares de zapatos que tenían para poder acudir a las clases del coro.
Fue imposible que no se les hiciera un nudo en la garganta y que los ojos se llenaran de lágrimas al escuchar esto, así que María Teresa y Felipe decidieron que el recurso que ahorraban para darle en diciembre el ‘aguinaldo’ a todos los niños de los coros, sería destinado para darles zapatos a estas hermanas; así ya no habrían excusas para que alguna de ellas faltara a las clases.
Nicolás*, otro pequeño corista, se destacaba por ser el primero en llegar a los ensayos. Luego de caminar más de 40 minutos desde su casa al lugar de ensayo, llegaba lleno de sudor a clase, pero eso a él poco le importaba. Cuando los docentes empezaron a fijarse en ‘los pasos’ de los niños, se fijaron que los zapatos de Nicolás estaban desgastados de tanto caminar, a duras penas aún tenían suela; así que él, también tuvo su ‘aguinaldo’ convertido en calzado.
Como esas, son varias las historias que relatan María Teresa Potes y Felipe Estrada directores de la Fundación Titi Ta, quienes al ver el potencial que había en sus clases de música, decidieron que el proyecto debía trascender y replicarse en otros espacios.
“Nosotros vimos los resultados en los niños que estaban en las clases y cómo la música tiene esa capacidad de transformar. A raíz de eso decidimos hacer la Fundación, además porque conocimos un proyecto muy bonito en Bogotá que se llama Fundación música en los templos, ellos nos ayudaron y asesoraron para nosotros adaptar el modelo a lo que se necesitaba en Popayán. Así surge ‘coros en las comunas’, que quiere decir coros en todo Popayán”, comenta María Teresa Potes.
En el año de su creación, la idea de estos músicos fue tener un coro por cada comuna y dos coros rurales, y así se hizo; sin embargo con el pasar de los años y al encontrar poco apoyo para el área cultural en el municipio, los coros se fueron reduciendo a cinco, hasta que este año hubo ‘eco’ de nuevo en la administración local y se apoyarán a cinco coros más.
“Resulta que la alcaldía está trabajando con un programa que se llama laboratorios de paz y tiene programas de música en varios sitios. A la Fundación nos va a ayudar para que esos cinco coros que ya veníamos trabajando con el Ministerio continúen y se abran otros cinco más, es una forma de ampliar la cobertura de la Fundación”, señala María Teresa.
Además de estos coros, la Fundación también cuenta con coros asociados: el coro colegio Hogar Madre de Dios, el coro Institución Educativa Comercial del Norte Sede La Rejoya y al coro Institución Educativa Cristo Rey, a quienes Titi Ta no le paga a sus directores, pero sí reciben capacitación y trabajan un repertorio unificado para así poder ser partícipes de los conciertos organizados por la Fundación.
Precisamente, el pasado miércoles, día internacional de la paz, 90 niños que hacen parte de estos coros, se presentaron en un concierto. El evento fue la clausura del convenio entre la Fundación Titi Ta y el Ministerio de Cultura a través del Programa nacional de concertación cultural. Con un bello repertorio de canciones infantiles, del folclor colombiano y caucano, niños y niñas entre los 6 y 16 años encantaron la noche de los asistentes. Eso sí, en el repertorio no pudo faltar la canción ‘los zapatos’, compuesta por Harold Ordóñez en homenaje a la historia de Dana, Camila, Juliana y Nicolás.
*Nombres y origen cambiados
Los coros en las comunas son: Titi Ta presente en la comuna 1, Voces Blancas del Museo Nacional Guillermo Valencia de la comuna 4, coro Institución Educativa Comercial del Norte Sede La Paz de la comuna 2, coro Institución Educativa Tomás Cipriano de Mosquera Sede Manuela Beltrán de la comuna 7, y el coro vereda Puelenje.
150 Niños, aproximadamente se involucran en el proyecto coros en las comunas de la Fundación Titi Ta.
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