Con el advenimiento de Internet, la red por excelencia, se propició la conformación de redes sociales, relacionadas con la situación académica, lugar de trabajo, región geográfica, aficiones, gustos, etc. Son excelentes sistemas de información para saber lo que sucede en el mundo, pero que enloquece a la gente que le gusta estar chismeando en que andan los demás. Algunas personas se hacen famosas publicando sus propios problemas, contando penas y alegrías. Otras a través de las redes sociales, ayudan a la gente; comparten ideas que rondaban por su mente y, que antes no se atrevían a expresar. En fin, opino que, es una herramienta indispensable de comunicación. Pero no falta la gente que emplea mal las redes sociales. La vulgaridad y la ramplonería cabalgan libre en las redes sociales. Sin normas ni humanización del contenido de la información globalizan su pensamiento, que aunque valioso, es solo su punto de vista con el que muchos pueden no sentirse identificados, por lo que la regla de oro debe ser, el mutuo respeto por la diferencia.
Son ventanas abiertas para comunicarse con el resto del mundo, en forma, rápida, fácil y gratis, pero también, expuestos a variaciones de la escritura tanto correcta como equivocada que confunde e influye en nuestro bello lenguaje. Continuamente el idioma evoluciona en la medida que la sociedad se manifiesta. De allí que la Real Academia de la Lengua Española haya incorporado palabras como tuitear, bloger, chatear… Incluso, encontramos la “oralidad escrita” y “la escritura oralizada”, es decir, escriben como hablan, y hablan como escriben, sin importar mayúsculas, o minúsculas, y con errores ortográficos, por ejemplo: “Ssii fueraz una eztrella fugas ezcribiiriia en lo halto del ciielo ¡FELIIIZ CUMPLEANOS!
Algunos sostienen que así, la juventud muestra su rebeldía. Otros más, sustentan que es la necesidad de abreviar palabras para ahorrar espacio y tiempo, para muestra un botón: “ola k ase” (hola que hace), “xq” (porque), “tqm” (te quiero mucho), “RT” (re tuitear), “xoxo” (besos y abrazos) Formas de expresión que no están aceptadas académicamente, y que usan los cibernautas, como parte de la cultura digital.
Así mismo, gracias a las redes sociales, resucitaron a Narciso y hacerlo morir de nuevo es casi imposible. Con la enorme cantidad de usuarios usando Smartphone, hoy todo el mundo sube fotos y, una gran fracción de éstas son selfies. Aunque autorretratos han existido desde siempre, hoy la tecnología favorece el crecimiento de este síndrome a pasos agigantados. En este boom egocéntrico, no importa si el objetivo es mostrarse al mundo o autorretratarse por placer propio, ¡qué cantidad de vanidosos, todo es vanidad!
Estamos pues, ante la revolución de los nuevos medios de comunicación: Facebook y, Twitter que dan la oportunidad de interactuar, expresarse y que aceleraron la transmisión de información incentivando a ser más rápidos y precisos los nuestros mensajes. Sin embargo, debemos auto evaluarnos, y tomar conciencia para no fatigar a los seguidores al mostrar lo mejor de nosotros. Hay que tener una marca personal, pero con credibilidad mediante el uso correcto del lenguaje, respeto hacia los demás y, sobre todo, ser difusores de buenas normas de escritura y cortesía.
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