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JORGE ELIÉCER ORTIZ FERNÁNDEZ
Colocándonos la mano sobre el considere, vale la pena reflexionar respecto a las incidencias y resultados que han arrojado las marchas promovidas por las diferentes organizaciones sociales asentadas en nuestro país, llámense, de indígenas, campesinas, LGTB, moto taxistas, taxistas, vendedores ambulantes, negritudes, etc., y hoy en día toma vigencia las de la comunidad universitaria de establecimientos de orden público y privada.
La reflexión iría enfocada, respecto a los logros que se han obtenido con las marchas, para este fin, bastaría remitirse a las varias y cuantiosas actas de compromisos que se han suscrito, para determinar que en materia de cumplimiento los gobiernos de turno han brillado precisamente por su incumplimiento en un alto porcentaje, porque para que, paliativos se han dado, solo para bajar la temperatura a las movilizaciones, para que la logística recoja los fondos u ollas con sus víveres, para que limpien vías de despojos de llantas quemadas que quedan sobre las vías, también pedazos de vehículos que son utilizados para torpedear la libre circulación sobre la malla vial nacional y desde luego, hablando de la precaria economía del departamento del Cauca, pues para dejarla más precaria, casi aborde de la quiebra.
Ahora, entra en boga las marchas estudiantiles, claro, diríamos que con justa razón se movilizan, lo que genera controversia es la toma de vías, el enfrentamiento con la fuerza pública, unos dicen que provocados, otros que motivados por “infiltrados” en las marchas, pero la verdad, es lamentable, que justas luchas y peticiones terminen en un escenario de caos, que convoca a polarizar aún más a nuestro país, pues así como existe una parte de la población que defiende y apoya las marchas estudiantiles, pues también se genera un movimiento de inconformidad frente a los desmanes que se suceden ante las edificaciones gubernamentales y privadas; puede ser y seria materia de estudio por parte de los profesionales de la psicología referente a los efectos en la 33psiquis, cuando se sale a marchar para que se incremente los recursos para mejorar los niveles educativos, con acciones, que desdicen de la población educativa, lanzando a las paredes blancas de la ciudad artefactos llenos de pintura; si podría ser que este tipo de expresiones generan en los marchistas sensaciones de triunfo, sin lograr el objetivo final, que es el financiamiento para la educación, pero si una descarga espiritual y mental al ver como se echa a perder un trabajo de enlucimiento que tiene unos costos que también salen del presupuesto público que lo alimenta los impuestos de muchos padres de familia que hoy ven con preocupación que sus hijos pueden perder un semestre, con todas las implicaciones de orden económico y académico que tendría para una familia de clase popular, media y alta.
Reiteramos, la causa estudiantil es válida, pero hay que retomar el rumbo y la esencia de la movilización, el objetivo no puede ser otro y es que el gobierno siga haciendo esfuerzos presupuestales para robustecer la inversión en el rubro de la educación de todo orden desde la básica primaria hasta postgrado, porque la lucha no va a ser fácil, hemos escuchado al gobierno advirtiendo que no van a firmar una Acta de Compromiso que no esté respaldada con recursos, cosa que se me antoja decir es sensato, no se puede seguir alimentando falsas expectativas solo para vender una falsa armonía entre gobernados y gobierno y mucho menos a gobernar a expensas de las encuestas de opinión.
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