Profesor
Universidad del Cauca
La Universidad del Cauca ha propuesto recientemente a la región y al país una maestría y un doctorado en ciencias humanas. La necesidad de investigar acerca de la naturaleza social e individual del ser humano tiene diversas orientaciones y formas de conocimiento, como la psicología, la sociología o la economía, entre otras disciplinas, pero todas giran en torno a la comprensión integral de la condición humana en el mundo, y a su devenir en este planeta.
Pareciera que esta consideración tiene trascendencia, si nos preguntamos cuál es la razón de ser de nuestra existencia, cuando alguien se levanta por la mañana y se dirige a su trabajo, ensimismado en sus asuntos, en la búsqueda del aporte económico para su familia. Y para ello aquella persona se despliega gracias al dominio técnico que la especie humana ha logrado, y sale en su moto, o se sube a la buseta, y cuida su billetera mientras habla por celular con el jefe. Entonces, en medio de su lucha por la existencia, podrá pensar que vive en sociedad, y que tiene vivencias y emociones, que conoce con la razón para dominar su cotidianidad y su propio ser, que odia y ama, que tiene valores, y que está entregado al mundo de forma eminente, antes de morir.
Y resalta esa persona lo que las ciencias naturales han conquistado, con resultados ambivalentes, mientras se esconde del humo negro que sale de una buseta del servicio público, y reconoce la economía del lucro que esas ciencias impulsan como algo fundamental en su vida, pues lo ponen en juego dentro de un horizonte de dominio, explotación y utilidad para la supervivencia. Pero entonces ha de reconocer que hay formas de conocimiento que revelan lo que está detrás de ese dominio técnico, y ponen en el escenario la vida íntima y social de la especie humana, o las formas de poder que se reparten jerárquicamente en la sociedad. Y ese poder es a veces abusivo e injusto, pues el dominio de unos sobre otros es patente, y hay maneras de equilibrarlo para realizar procesos participativos. Reconoce ese hombre que llevamos mucho tiempo en guerra, en la violencia en este país que parece parcialmente llegar a su fin, pues continúa de formas distintas, simbólicas y físicas, porque la violencia es inherente al ser humano.
Y ese hombre de la calle reza el domingo porque cree en un dios y admite sin reservas que todo este universo, y él mismo, fueron creados por ese dios. Y ese dios le da justificaciones sobre su existencia, pero a su vez, él podrá preguntarse por qué los hombres buscan a dios. En fin, de este modo, ese hombre puede reconocer que hay infinitas experiencias que pueden ser comprendidas por las ciencias humanas. Podemos entonces decir que hoy y siempre, bajo distintos ángulos y transformaciones, las disciplinas humanísticas aportan al desarrollo social del ser humano, y en la encrucijada actual de la historia colombiana, parece que cobran más importancia.
Sobre esto van a reflexionar distinguidos representes de los doctorados de estas ciencias en Colombia, durante todo el día viernes, con temas como la violencia y la paz, la forma de conocer propia de las ciencias humanas, sus singularidades y relaciones, o su relación con la filosofía. Todo ello ocurrirá en el auditorio Virginia Gutiérrez de Pineda, socióloga eminente que hizo profundos estudios sobre la familia en nuestro país, allí, en el Edificio el Carmen. Vendrán profesores de Eafit, y dc universidades como Pedagógica Nacional, san Buenaventura, y Universidad Nacional, acompañados por colegas de nuestra Alma Mater.
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