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CATALINA LÓPEZ VEJARANO
El siglo XX represento para Colombia una época de cambios. Es un periodo de nuestra historia en el cual se presentan infinidad de eventos manchados con sangre, encuentros violentos por ideologías políticas, asesinatos y masacres, sin embargo, en él también se dieron cambios positivos que afectarían por completo el rol de la mujer dentro de la sociedad.
Este nuevo rumbo fue trazado por mujeres valientes que decidieron superar las barreras que establecía la sociedad y gracias a ellas hoy en día contamos con un sinfín de posibilidades. Gracias a estas luchadoras podemos ejercer en el campo que nos apasiona, y aunque aún existen sesgos y estereotipos, el rumbo que estamos siguiendo es el correcto. Es indudable el talento de muchas colombianas en diferentes áreas y esto se demuestra a partir de observar a personas fascinantes de talla internacional como Doris Salcedo en lo artístico, Adriana Ocampo en el campo científico, Norha Villegas en la ingeniería, Mariana Pajón desde lo deportivo, entre muchas otras. Ellas son solo algunos ejemplos de mujeres que han superado los obstáculos y acabado con estereotipos, y nos han demostrado que aquellas actividades que se consideraban hace unas décadas como exclusivas para los hombres, pueden ser desempeñadas exitosamente por una mujer.
Gracias a las décadas de lucha contra la brecha de equidad de género, hoy en día podemos observar que, desde niñas, las mujeres han empezado a desarrollar diferentes gustos en actividades que antes hubieran sido inimaginables debido a los prejuicios que existían sobre qué debía y qué no debía hacer una dama. En la actualidad es normal y se percibe como algo positivo que las mujeres practiquen deportes como el futbol, lo cual hace un tiempo hubiera sido inconcebible o que decidan estudiar aquellas carreras universitarias que se consideraban como óptimas para varones. Ya no nos limitamos a conocer sobre el arte de ser ama de casa, debido a que nuestra versatilidad nos permite realizar diversas actividades de manera simultánea evitando así que se nos encierre dentro de una categoría.
Personalmente me siento orgullosa de lo que lograron aquellas mujeres que lucharon por los derechos que hoy poseo y que decidieron ir en contra de un sistema que subestimaba nuestras habilidades. Y aunque soy consciente de que el camino por la igualdad aun no culmina, soy de las personas que considera que esa brecha de géneros debe ser eliminada en ambas direcciones. Aún existen actividades que presentan un sesgo, y en ocasiones nosotras mismas ayudamos a nutrir esa brecha, sin embargo, me gustaría alentarlas a que independientemente del sueño que tengan, sea acorde a lo socialmente aceptado o no, persíganlo y cúmplanlo. Tomen el riesgo de ser lo que desean y conseguir la felicidad que merecen, porque la magia de nuestra versatilidad es poder emplearla en todo aquello que anhelamos.
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