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Popayán fue el epicentro de la pugna que se presenta, desde el pasado 25 de julio, en siete predios del corregimiento de Sibera, Caldono, y reclamados por las comunidades nasas y misak como parte de sus ‘territorios ancestrales’.
Los primeros en pronunciarse fueron los dirigentes del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, al exponer que, en relación con este conflicto, que su postura no es la de considerar a los guambianos como enemigos u opositores, pero eso sí, denuncian una serie de comportamientos hostiles de algunos sectores de esta comunidad contra la trayectoria de lucha de esta asociación indígena que, desde hace más de 40 años, viene adelantando una dura lucha por los derechos de los nativos del Cauca.
Terminada la rueda de prensa de esta amplia organización nativa, los misak llegaron a Popayán para adelantar una amplia movilización por las principales calles y así dejar claro lo que ellos consideran el comportamiento “represivo de la guardia indígena nasa de La Laguna” y su postura de no aceptar, “por medio violentos, la imposición del Cric de salir de sus territorios”.
“Exigimos a la Procuraduría de la Nación investigar la inoperancia, ineficacia, negligencia de las entidades del sector público, como las entidades territoriales que deberían haber intervenido y actuado desde el inicio antes de llegar hasta este punto. La ineptitud de estas entidades hace al Gobierno cómplice de esta situación”, fueron otras de las peticiones de la comunidad misak, la cual demostró un excelente comportamiento a la hora de adelantar su actividad.
Ahora, también se espera los resultados de las acciones que buscan frenar este conflicto, entre ellas la intervención de congresistas del Polo Democráctico y organizaciones campesinas.
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