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MIGUEL CERÓN HURTADO
Todo comenzó con el Eurocentrismo, como meridiano sobre el que se desarrolló la civilización occidental con orígenes en Grecia y Roma varios siglos antes de Cristo, que más adelante, en época del capitalismo, se concentró, además de Europa, también en Norteamérica, donde se produce el protagonismo del Siglo XX. Pero, principalmente, nos referimos a los cambios y transformaciones derivados de la conversión de la modalidad de capitalismo, que se consolidó a partir de 1980 con la subida al poder de Reagan y Thatcher, cuando los especuladores internacionales del dinero agazapados en los fondos de inversión, se apropiaron del Estado para someterlo a sus perversos intereses por encima del bien común y el interés general. Se vino la postmodernidad y arrasó con todo el pensamiento clásico construido durante dos siglos, incluidas las bases de la epistemología, hasta el punto que ahora ciencia y conocimiento, es cualquier cosa que permita ser coherente con los postulados neoliberales que soportan el Capitalismo Rentista.
En ese mismo orden de ideas, el fenómeno de la globalización cultural acabó de consolidar la dependencia del pensamiento en los países satélites y en las ciencias sociales se fortaleció el predominio de las ideas y conceptos originarios de en Europa y Norteamérica, hasta el punto que ahora, sabiduría es repetir como loro las ideas que produce los pensadores de esos países, castrando la generación de pensamiento por parte de los intelectuales criollos. A los pensadores nacionales no les creen. Para tener reconocimiento se debe citar un autor norteamericano o europeo, porque, supuestamente, la realidad objetiva nacional no se puede abordar con enfoques propios.
Y así mismo, se contaminó el aparato académico nacional. Hoy poco importa las competencias docentes ni la capacidad de formación profesional para los estudiantes, sino haber adquirido un diploma en una universidad extranjera. En la docencia se impuso el imperio de los posgrados, por encima de la sabiduría y la capacidad pedagógica, siendo que todo el mundo sabe, cómo se obtienen diplomas de posgrado, dentro de la modalidad actual de mercantilización del conocimiento.
Pero, por supuesto, lo más grave no es la docencia universitaria cuyo patrón de calidad, en las ciencias sociales, ha rebajado substancialmente, sino cómo en el campo epistemológico se obstaculiza la generación de conocimiento propio y la construcción de ciencia a partir del conocimiento popular. En las ciencias sociales, hoy solo es válido, si el concepto para abordar un objeto de conocimiento, proviene de un autor norteamericano o europeo y quienes han viajado a que les inyecten lavado del cerebro en esos países, se encargan de reproducir y sostener el paradigma. Por ello, la imposición de la corriente neoliberal, cuyo propósito es el de sustentar el dominio del capitalismo rentista y su concepción sobre la finalidad del Estado, al que solamente utilizan para exprimirlo, ha encontrado su más fuerte aliado en la teoría del conocimiento postmoderna, que legitima intelectualmente todas las manifestaciones consecuentes con los intereses del capitalismo rentista y su propósito de bajar el gasto público a como dé lugar. En la esfera del pensamiento, todos los movimientos están fríamente calculados y el gran negocio de los centros de poder económico mundial es mantenernos dentro de la órbita del colonialismo intelectual.
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