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Los Mapuche son pueblos originarios de Suramérica que entraron en resistencia desde la llegada de los colonizadores europeos y la han continuado ante los latifundistas chilenos, argentinos y las empresas extranjeras. Hoy luchan por reconstruir su territorio ancestral, la llamada “Nación Mapuche”.
Eligieron no expresarse a través de la escritura, los análisis de sus problemáticas y luchas han sido escritos por otros, con la pregunta inquietante de si se habrán interpretado las realidades correctamente. (A. Moyano, 2012). Hay que conversar directamente con ellos.
Se les ha llamado “araucanos”, que provienen de Chile, a pesar de la existencia de comunidades en Argentina y en Chile, todos Mapuche. Los Estados y ejércitos hablaron de “territorios vacíos” y armados de rifles de repetición marcharon a matar indios que se defendían solo con lanzas. Los genocidios Mapuche, como también de los indios Ranqueles y Tehuelches, produjeron resultados: sobreviven, pero solo gracias a sus resistencias ante los poderes centrales y regionales.
Oponiéndose a los colonizadores en Chile vencieron a los españoles, con los liderazgos históricos de lonkos (caciques) como Lautaro, Galvarino, Colocolo, Caupolican, hasta que las burguesías chilenas los despojaron y sometieron con la ocupación militar de la Araucanía. En Argentina las resistencias Mapuche controlaron a los Incas y luego también a los españoles con las direcciones de lonkos como Sayweke, Inakayal, Ñankucheo y Foyel; lograron dominar los comercios de ganados, mantener el control de grandes territorios y poblaciones; incluso llegaron a pactar con el gobierno argentino, pero terminaron siendo engañados.
Los territorios fueron apropiados militarmente y repartidos entre las élites de Chile y Argentina. Con ello se separó a los pueblos Mapuche, se los despojó y desarticuló económica y políticamente, se esclavizó a las personas, se separaron familias, se prohibió su lengua y su cultura, se los trató como “extranjeros” y hasta como “enemigos internos”.
Con las derrotas militares de estos Pueblos entre 1880 – 1885, cuando los ejércitos ocuparon la Araucanía- Chile (genocidio no reconocido, seguido de aculturaciones, latifundismos y entregas de recursos a las empresas extranjeras), y en la Patagonia argentina se adelantó la “campaña del desierto”, -genocidio tampoco reconocido- impulsado por los gobiernos de Rivadavia, Rosas, Sarmiento, Roca, y continuados con campañas de aculturación y estigmatización, latifundismos y entrega al extractivismo de las empresas extranjeras, con todos estos ataques binacionales se pretendió extinguir a “la gente de la tierra”, pero ahí continuó su saga.
Se autoconvocaron en 1907 para un gran Parlamento con todos los “lonkos” y mayores de los pueblos de lado y lado de la cordillera de Los Andes, allá en la Patagonia, su territorio ancestral y sin fronteras. Tomaron decisiones como la de unirse y hacerse representar por un Mayor que hablara por todos los pueblos, pero conservando cada uno sus autoridades y autodeterminaciones en su sector.
En el año 2006, celebrando el centenario de dicho Parlamento Mayor, los Mapuche vuelven a convocarse para deliberar y tomar nuevas decisiones. Esta vez, además de la continuación de las resistencias a los megaproyectos, agregaron la necesidad de impulsar las “autogestiones”, con propuestas económicas propias basadas sobre todo en Cooperativas. Hablaron de la “autodeterminación del Pueblo Mapuche”, de reconstruir sus pueblos desde las diferencias y sobre la base de tres ejes: Territorio y territorialidad, Situación socio-política y cultural, y Educación ancestral. Esos son sus actuales criterios de gobernabilidad.
Hoy, a cada lado de la cordillera luchan por el rescate de la Nación Mapuche, con autodeterminación y autonomía.
Han concluido que “las luchas políticas podrán avanzar, pero que sin los aspectos económicos y sin los fundamentos culturales se tenderá a reproducir la lógica de la colonialidad antes que a superarla”. (A. Moyano, Komütuam, 2013).
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