El domingo anterior comenzó la versión número 49 de la Maratón Infantil de Verano, MIV, un evento atlético y recreativo que año tras año, durante medio siglo y de manera continua, le ha apuntado a llevar sano esparcimiento al segmento más importante de nuestra sociedad: la niñez.
Con un formato atractivo por etapas, la competición busca que los jovencitos que gustan del deporte, utilicen en buena forma parte de su tiempo libre y además, comiencen a codearse y medirse atléticamente con otros chicos, provenientes de todos los rincones de la ciudad o de localidades cercanas como Timbío, El Tambo y Piendamó.
Como vemos, estamos ante un evento atlético que además de tradicional, es un potosí para descubrir potenciales deportistas, o en el mejor de los casos, con el que se pueden generar otras actividades de tipo recreativo paralelas a las competitivas, donde se involucre al sistema educativo o comunitario, con la finalidad de llegar a gran número de niños que podrían descubrir las bondades de ejercitarse, alejándolos del ocio insano que termina conduciéndolos por otros caminos no muy recomendables.
A pesar de todo este potencial social y deportivo, la MIV cada año se organiza con ‘las uñas’ en cabeza de un perseverante periodista oriundo de Nariño pero payanés por adopción y convicción, quien meses antes de la competencia, debe recorrer la ciudad buscando el patrocinio necesario para hacerla realidad cada año. Hablamos de Don Luis Arévalo Cerón, alma y nervio de esta carrera atlética, que por fortuna está rodeado de un pequeño grupo de colaboradores que no lo desamparan y lo apoyan desde el proceso organizativo de la competición, así como el desarrollo de la misma; además, también encuentra entidades, en especial del sector cooperativo, y personas que lo patrocinan con regalos, premios, camisetas, folletos publicitarios, entre otros elementos que terminan haciendo feliz a un niño y de paso motivándolo para que siga haciendo deporte, muy seguramente con la ilusión y el sueño de ser un futuro campeón en el deporte base.
Con todos estos beneficios en favor del bienestar de los niños y enfocados hacia la práctica del deporte, el sano esparcimiento y la promoción de la actividad física, no entendemos como entidades como Indeportes Cauca o la secretaría municipal del Deporte y la Cultura, están al margen de esta hermosa competición ¿Sería mucho pedir algún tipo de partida económica destinada a la MIV con la que se premie a los participantes? O ¿sería mucho pedir que por lo menos, los equipos de profesionales y monitores deportivos de estas dependencias públicas chequearan sobre el terreno a los corredores para así escoger futuros en el atletismo caucano?
Creemos que aún es tiempo de rodear a la MIV, brindándole desde lo gubernamental, la importancia que esta competición se merece y que los directivos de las dos dependencias se comprometan, de verdad, con lo que resta de la versión 2014 y de una buena vez, en el proceso de organización para el 2015, cuando el evento atlético celebrará sus bodas de oro.
Adenda: Queremos resaltar al actual contralor del Cauca, Dumer Cifuentes Piamba, quien a manera personal, ha decidido apoyar a la MIV regalando dos bicicletas, que se sumarán a la lista de premios para los competidores; para el funcionario, es clara la necesidad de trabajar por la niñez caucana, que requiere de eventos de esta naturaleza para su formación integral y como lo dijo don Luis Arévalo en su reciente columna de opinión “… entiende él que es en estas competencias dominicales en donde un niño demuestra su esfuerzo por triunfar, o al menos por terminar la competencia como signo de vitalidad, acciones que lo conducen por el camino de un ciudadano a carta cabal…”.
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