La miopía de Trump

CLARA INÉS CHAVES

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Ex diplomática

En el pasado mucho se habló sobre la caída de los Estados Unidos como potencia de primer orden cuando se produjo la última crisis económica, pero nadie imagino que la perdida de preponderancia en el mundo por parte del país del tío Sam se pudiera dar con el actual Presidente Donald Trump.

Deja mucho que desear su primera gira internacional visitando varios países y líderes internacionales tales como Arabia Saudita en donde se entrevistó con dirigentes musulmanes, así como con el papa Francisco en el Vaticano, su visita a Bélgica para su reunión con sus homólogos que forman parte de la OTAN, y con el Presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker, y el Presidente del Consejo de la Unión Europea -UE- Donald Tusk, además de la cumbre del G7 que se llevó a cabo en Taormina. Sicilia- Italia.

La actitud prepotente y grosera del presidente Trump al empujar al Primer Ministro de Montenegro, y el romper con el protocolo de esta clase de cumbres y reuniones, deja mucho que desear para el presidente de la primera potencia del mundo.

Trump cometió un error además de diplomático táctico, y fue el darle más importancia a su visita en Arabia Saudita y a los musulmanes, que a los viejos aliados europeos de EEUU, más aún cuando los países musulmanes tienen graves problemas de violaciones a los derechos humanos, los cuales son reconocidos a nivel internacional, mientras que los europeos luchan por combatir este flagelo.

En la Cumbre del G7 El presidente Trump postergo “para la próxima semana“su decisión sobre si apoyara o no el acuerdo de Paris sobre el cambio climático. En este tema se vio la división entre Estados Unidos y sus aliados.

Por fortuna hubo consenso en la cumbre del G7 en la lucha contra el proteccionismo, y en mantener las medidas sancionatorias contra Rusia.

Para Donald Tusk Presidente del Consejo Europeo de la UE, lo importante de Rusia es su papel con el conflicto sirio y su responsabilidad junto a Teherán en relación a su cooperación con el régimen de Al Asad, además del conflicto en Ucrania tras la anexión de Crimea por parte de Moscú, que provocó la expulsión del Kremlin del grupo de los países más ricos del mundo, por lo que el mantener las sanciones contra Rusia es importante.

De allí que “el mensaje de Donald Tusk, no pudo ser más apocalíptico: “Si no logramos una mayor unidad, la situación del mundo se nos puede ir de las manos”.”

De otra parte, el regaño de Trump a los europeos en la OTAN porque no han aumentado su gasto en defensa, deja un ambiente tenso que junto a su discurso de “Estados Unidos es primero”, puede entenderse que le tocará a los europeos encargarse de su propia defensa en el futuro.

Lo cierto es que tanto el brexit como la actitud displicente, contradictoria, y de aguas tibias de Trump para con los europeos ha servido para que éstos se unan más.

De allí que el canciller alemán Ángela Merkel dijo “nosotros europeos tenemos que tomar el futuro en nuestras manos, y saber que nosotros europeos debemos pelear por nuestro propio futuro y destino”.

Si el presidente estadounidense continua con esta misma actitud en el futuro, terminará aislando a su país, y permitiendo que otros actores como China y Rusia fortalezcan su liderazgo en el contexto internacional jugando unos roles jamás pensados, además de que deberá asumir el costo político, económico, y diplomático de esta actitud poco convencional para una superpotencia militar.