La Minga por las reivindicaciones en la Plaza de Bolívar

El último día de la Minga, que se desarrolló 24, 25 y 26 de noviembre, el Movimiento Indígena denunció que sufrieron un desplante por parte del gobierno nacional, incumpliendo previos acuerdos de reunirse con el Movimiento en la Plaza de Bolívar.

Otra de las proclamas de la Minga a fue la reiteración en la protesta por la condena y detención del líder indígena Feliciano Valencia.

La ausencia de los representantes gubernamentales, fue tomada como una muestra de la falta de voluntad política para avanzar en las garantías de los derechos territoriales y étnicos de los pueblos indígenas en Colombia.

En el marco de la defensa ancestral del Territorio, la Unidad, la Cultura y la Autonomía, pueblos indígenas del Cauca participaron en la realización de una asamblea o Minga por la Defensa de la Vida, el Derecho a la Protesta Social y la Jurisdicción Especial Indígena – JEI como un mecanismo de resistencia frente a los continuos y sistemáticos hechos de vulneración de la autonomía y los derechos logrados por medio de la movilización social. El Movimiento Indígena del Cauca manifestó en la histórica Plaza de Bolívar de Bogotá, que la lucha social en Colombia está estigmatizada, criminalizada y encarcelada, paradójicamente en el actual contexto que promete la esperanza de paz para todos.

Otra de las proclamas de la Minga a fue la reiteración en la protesta por la condena y detención del líder indígena Feliciano Valencia. Esta situación, según el Movimiento Indígena, preocupa a defensores de derechos humanos quienes temen una mayor desconfianza en los movimientos sociales ante el proceso de paz que busca acabar con un conflicto de medio siglo en el país.

El último día de la Minga, que se desarrolló 24, 25 y 26 de noviembre, el Movimiento Indígena denunció que sufrieron un desplante por parte del gobierno nacionalincumpliendo previos acuerdos de reunirse con el Movimiento en la Plaza de Bolívar. La ausencia de los representantes gubernamentales, fue tomada como una muestra de la falta de voluntad política para avanzar en las garantías de los derechos territoriales y étnicos de los pueblos indígenas en Colombia.