JENIFER VANESSA SIERRA
Transformar las prácticas, cambiar los hábitos de los estudiantes y establecer conjuntos de nuevos procedimientos son conceptos que deben ser usados como herramientas para transformar al alumno, siendo la enseñanza la base de la formación. Sin embargo, antes de convertir a los individuos, el docente debe hacerlo consigo mismo, obteniendo experiencia.
La pedagogía, al ser un saber, no desconoce a los demás. En este caso, no ignora a los saberes que se conforman a partir de la experiencia en la actividad docente, los cuales, en el transcurso de las prácticas y de la vivencia, se constituyen y evolucionan, dando paso a la trasformación de otros individuos que, para el educador, son los estudiantes. Es así como el o la profesora, al estar frente a alumnos que están inmersos en una cultura con diversos conocimientos y experiencias, aprende de ellos y conoce cuáles son esas habilidades que debe potenciar y formar en beneficio de sus vidas presentes y futuras. De esta manera comprende que la lectura permitirá presentarles diferentes escenarios, posibilidades, aventuras y saberes que cambiarán su percepción frente al proceso educativo.
La lectura se toma como herramienta en la liberación del pensamiento y del espíritu, facilitando imaginar y posicionarse en diversos escenarios. Permite también que los estudiantes conozcan numerosas situaciones ejemplificadoras y comportamentales, que podrán tomar como referentes en su educación, a través de las variadas enseñanzas que plasman en ellas. Aquello les posibilitará tener puntos de vista distintos de las figuras y representaciones que inicialmente poseen, formando al sujeto por medio de la enseñanza, proceso que facilita que los alumnos se expresen con libertad, autorregulen sus emociones, sean autónomos en sus acciones y que analicen críticamente su contexto en el proceso de aprendizaje.
Es así como los educandos establecen una relación con diversos textos, avivando su interés por los procesos de lectura, a los que ya no considerarán como un requerimiento para obtener una nota o una apreciación, sino como la posibilidad de acceder a diferentes aventuras imaginarias. Sucesos que despertarán en ellos las ansias de conocer más sobre los eventos que página tras página viven los personajes de los cuentos, relatos o libros que leen por iniciativa propia.
Se despierta así la pasión por el conocimiento en el momento en que los estudiantes cambian y desaprenden para aprender, comprendiendo que formarse significa modificarse y transformarse; entendiendo que los procesos de lectura no representan sucumbir ante textos imposibles para su nivel de comprensión; y que, si bien inician con una lectura literal que les permite conocer aspectos básicos según el texto, en la realización del ejercicio constante y gracias al deseo de querer leer, se convertirán en mejores lectores y alcanzarán niveles más altos de educación. Ello implica pasar de una lectura inferencial a una crítica, grado en el que podrán incluso comparar textos y tendrán una postura crucial ante escritos futuros.
En el instante en que los estudiantes empiecen a formarse un concepto distinto de la lectura, donde a través de ella puedan aprender y conocer otras culturas, lugares exóticos, objetivos y temas diversos, se debe tomar la decisión de empezar un proceso de enseñanza de literatura alternativo, por medio del cual los libros contribuyan a expandir los conocimientos no solamente en el área del lenguaje, sino también a conjugar elementos de otras áreas como la geografía, las matemáticas, la química, los idiomas diferentes al español, el arte y la música, entre otras. Aquello permitirá que a la hora de finalizar el texto, los alumnos manifiesten que desean continuar con la lectura de otros escritos que puedan ser igual o más interesantes que el que han concluido.
Los estudiantes, para este momento, considerarán la lectura como un pilar básico en su formación, tanto dentro como fuera de las aulas de clase, pues leer no será simplemente un proceso mecánico o recital que deben realizar por obligación, sino una actividad interesante, necesaria para educarse y placentera.