Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
La costumbre arraigada de los payaneses para celebrar blancos y negros en la ciudad cada 5 y 6 de enero perdura en el imaginario de los ciudadanos, fue siempre una tradición durante estos dos días jugar con agua y harina, siempre salían amigos y conocidos de todos los barrio a hacer batallas de estos dos elementos, el gusto por mojar a los más desprevenidos era el mejor plan en esos días de fiesta patoja.
Esos juegos para divertirse con agua ya no están permitidos, la razón que lo justifica es la necesidad de proteger este líquido vital, sin embargo, en algunos sectores populares de la ciudad aún siguen jugando con agua, aspecto que de alguna u otra manera hace que los ciudadanos no salgan de sus casas, o si tan solo están echando harina también genera que las personas no salgan de sus hogares.
Es por eso que la ciudad el día de ayer se vio muy poco frecuentada por personas en varios sectores, no hubo trancones en los lugares neurálgicos de la ciudad, el transporte fue escaso y el comercio cerró sus puertas en la mayoría de los locales, fue como un día de cuarentena en el que las personas se cuidaron más de ser mojados y empolvados que contagiadas por la Covid-19, de allí que tomara relevancia la frase de un ciudadano quien atinó a decir que, “La gente le tiene más miedo al agua y los polvos que al Covid”.