La felicidad está en el presente

Es la aspiración más alta de todo ser humano, todo el mundo aspira a ser feliz. Es muy extraño encontrar a alguien que no aspire a ser feliz.

Citado de: La Realización Espiritual, Claves para alcanzarla; Aybar Tomas R. ADASECC O.N.G.

La felicidad es disfrutar sana y conscientemente el momento presente, en un estado de presencia, de conexión con lo que cada uno realmente es. / Fotos Suministradas – El Nuevo Liberal

Las personas estudian, trabajan, se preparan, y todos los pasos que dan en la vida son encaminados a alcanzar la felicidad, sin embargo, muchas veces buscan la felicidad por caminos equivocados y en vez de hallarla, encuentran otras cosas que los alejan de la verdadera felicidad.

Veamos qué es la felicidad y cómo se puede alcanzar, teniendo la seguridad, la certeza, de que todos la podemos lograr. Es muy importante tener en cuenta que ser feliz no significa no tener problemas, significa que se puede ser feliz por encima de las circunstancias aparentemente negativas, aparentemente adversas, que se presentan en la vida.

La felicidad es una actitud, es una forma de vivir, en la cual podemos afrontar todas las situaciones y seguir adelante, manteniendo el estado de quietud y de paz interior.

Ser feliz, significa sentir el gozo de vivir, cuando se está en la espiritualidad. Es dar lo mejor de ti y que los otros lo sientan como tal. Es sentirnos en el aquí y en el ahora. Es un estado de tranquilidad, de armonía, de plenitud.

Hay felicidad cuando se siente armonía por dentro, al ser uno mismo. Poder sonreír, aún en medio de las dificultades y problemas, es un motivo especial de ser feliz.

La felicidad es disfrutar sana y conscientemente el momento presente, en un estado de presencia, de conexión con lo que cada uno realmente es. Todos somos seres espirituales, manifestándose a través de la materia física, de la personalidad. Como ser espiritual que somos, tenemos el derecho permanente de ser felices, a pesar de las circunstancias, muchas veces adversas que nos tocan vivir.

Ser feliz, es una decisión que se adopta en la vida y que se va logrando cada día. La vida es estar aquí y ahora, en este momento presente. Este es el mejor momento para afirmar desde el corazón: “Yo soy feliz, estoy aquí presente, yo soy feliz”, de esa manera, se puede mantener el estado de conexión con lo divino, de minuto en minuto.

Ese estado es el que nos irá proporcionando la felicidad en la vida, es un estado emocional agradable, de paz, de bienestar, de gratitud, de satisfacción y de realización.




Felicidad y propósitos

Cuando se tiene un propósito claro en la vida, qué quiero hacer y a dónde quiero llegar, y a ese propósito le ponemos entusiasmo lo vamos conquistando por etapas, vamos cumpliendo metas y cada meta alcanzada, cada meta obtenida para obtener ese propósito o ese plan de vida que tenemos, debe aportarnos más felicidad. La felicidad no se alcanza al final de la vida, no debe ser la meta de llegada, debe ser la satisfacción y disfrute del recorrido de la existencia, en el día a día.

Las personas que esperan lograr la felicidad en el futuro, cuando se gradúen o cuando se casen o cuando tengan hijos, o cuando tengan su primer vehículo o el segundo, nunca alcanzan la felicidad, porque van obteniendo esas metas y luego surgen otras nuevas que quieren lograr, por tanto, van postergando el momento imaginario de ser felices.

La felicidad plena e ideal, es el resultado de alcanzar el propósito en la existencia, logro de metas espirituales, superación personal, actitud de servicio y el vivir de manera positiva siempre.

Decíamos al principio, que las personas quieren ser felices, pero no todos están dispuestos a ser lo apropiado para lograrlo, muchos buscan la felicidad por caminos que no son los correctos, entonces terminan sufriendo y pasando por una serie de dificultades, luego culpan a los demás porque no han podido ser felices.

A estas personas les hace falta darse cuenta de que la vida es una sucesión continua de eventos que nosotros mismos vamos propiciando, es decir, cada día vamos trazando el futuro que tendremos, con nuestras propias actuaciones, ya que vivimos sometidos a una ley que actúa de manera automática en todo, que es la ley de causa y efecto, es decir, lo que hacemos hoy, tiene una consecuencia positiva o negativa, aún aquello que dejamos de hacer, entra dentro de la ley de causa y efecto.

Talento y felicidad

No solo lo que hacemos genera consecuencias, también lo que dejamos de hacer. Por ejemplo, nace un niño con el talento para ser un genio en matemáticas, como un Albert Einstein, sin embargo, ese niño en vez de prepararse, dedicarse y crecer en ese talento, lo que hace es que se queda jugando y dice, “bueno, para que voy a estudiar, mejor aprendo mecánica en un taller y ahí me gano el sustento para mí y mi familia”. El niño probablemente resulte ser un buen mecánico, pero pierde la oportunidad de desarrollar el gran talento que tiene en su interior y que lo puede llevar a ser una persona que realice grandes aportes a la humanidad, así mismo y a su familia.

Entonces, el hecho de no ser lo necesario, de no prepararse en la vida, conlleva a que ese joven no obtenga el resultado máximo que pudo tener. Eso sucede a diario en la vida de muchas personas, todos estamos llamados a ser lo mejor. Tenemos un talento innato por desarrollar. Descubrir ese talento, realizarlo en nuestra vida, es lo que más felicidad y satisfacción nos puede aportar. Es muy importante que descubramos cuál es el talento que tenemos, que lo podamos desarrollar y que con él alcancemos el propósito y el plan de nuestra vida.

El hecho de practicar la coherencia en la vida, es lo que permite disfrutar la felicidad anhelada en cada momento. El ser coherente y tener claro el propósito que se quiere alcanzar, es fundamental para tener el éxito en lo que emprendemos y así vivir en felicidad.