NICOLÁS ESCOBAR BEJARANO
El 2021 no tuvo un buen inicio para Colombia pues nos dejó cifras preocupantes, por ejemplo, enero fue el mes más violento desde la firma del acuerdo de paz, sobrepasamos la tasa de mortandad por Covid-19; y en promedio asesinan a una mujer a diario en Colombia.
El panorama regional no es muy alentador, justo antes de que se acabe el mes, la mítica estatua de Sebastián de Belalcázar (que tiempo atrás adornó el Valle de Puben o también conocido como “El Morro”), voló por los aires de la ciudad de Popayán reviviendo el debate de si el monumento debe o no estar en ese sitio.
Sobre los gastos que generó el operativo muy poco se sabe, sin embargo, lo cierto es que el alcalde Juan Carlos López Castrillón con ayuda del ejército nacional, logró trasladar la estatua hasta el batallón, lugar en donde se dará inicio a su restauración.
Según el documento con radicación 0124 de fecha 12 de enero del 2021, el mandatario consultó al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) sobre esta actividad. La citada entidad otorgó la autorización toda vez que no se veía comprometida la arquitectura del morro (pues se trata de una operación aérea que no implica aterrizaje sobre este sitio) sin embargo, condicionó al alcalde para remitirle un informe detallado sobre el resultado de este operativo. ¿Será que el señor alcalde de Popayán estará dispuesto a mostrar un informe sobre los gastos que generó el operativo a la opinión pública?
La restauración del monumento conlleva un gran problema, pues volvemos al desgatado debate sobre su ubicación. Por un lado, están aquellos que piensan que la presencia de la estatua es una ofensa histórica para los pueblos indígenas, pues vulnera su memoria ancestral; y, por otro lado, están aquellos que consideran que el monumento tiene un gran valor histórico y arquitectónico que debería recuperarse pues es una de las figuras emblemáticas de Popayán.
Resulta preocupante e irresponsable sumarle una polarización más a una ciudad que tiene disparada la delincuencia común y una ocupación de camas UCI del 91.4%.
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Adenda: Después de escuchar las declaraciones del presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, llegue a una conclusión: Este gobierno maneja a la perfección las «3 D» Decepcionante, Desalentador y Desesperante.