JULIÁN ANDRÉS VALENCIA FERNÁNDEZ
Es importante que todas las instituciones educativas, de todos los niveles realicen un minucioso análisis interno de la calidad, para este fin, las instituciones deben realizar un ejercicio de autoevaluación, en el cual deberán desarrollar las estrategias y herramientas pedagógicas en el marco de consolidar una educación de calidad y sobretodo evaluar el impacto en referencia a los resultados de aprendizaje.
Todos esos instrumentos ayudarán a la reflexión teniendo como principal apoyo a la comunidad educativa y académica, necesarios para que confluyan intereses afines al mejoramiento de la calidad educativa.
Según un informe de Darío Antonio Mejía Pardo, analista de El Observatorio Educativo , exrector de la Universidad de Caldas, y asesor del MEN, determina que «en Colombia se deben determinar instancias donde las normas y políticas educativas se encaminen a la “Cultura de la autoevaluación y autorregulación” es decir ,donde las diferentes IES, I. E construyan sus planes de mejoramiento continuo, los cuales demandan su ejecución, control y el seguimiento permanente de los mismos actores , a partir de lo cual se genera una cultura académica de auto revisión de su quehacer en los miembros de la comunidad educativa y universitaria constituyendo así la base para la construcción de los ejes estratégicos del Plan de Desarrollo Institucional, que deben orientar conjuntamente con los planes de gestión de las administraciones que correspondan al derrotero de las actuaciones cotidianas en la gestión académica, administrativa y financiera, para que sean más eficaces, eficientes y transparentes, y permitan articular los diferentes sistemas, políticas, y reglamentos con el modelo de gestión, que facilite y hagan más agiles los diferentes procesos.
A través del último Foro internacional del MEN donde se habló del aseguramiento de la calidad en tiempos de la pandemia, organizado por la UNESCO, el IESALC (Instituto Latinoamericano de calidad en Educación Superior en Latinoamérica y el Caribe) y en el cual tuve la oportunidad de ser ponente, se mencionaron que los principales retos del sistema de Educación Superior Básica y media son: “Fomentar la cultura del mejoramiento continuo, independiente de la modalidad; generar cultura académica para los docentes y estudiantes, y, articular los procesos administrativos, académicos y sistemas de información. La estrategia más relevante consistió en plantear objetivos dinámicos que orienten el Plan de Desarrollo Institucional y el Plan de Gestión, importantes elementos para buscar una mejor calidad educativa.
Igualmente en el Foro se mencionaron las deficiencias, en aspectos sobre equipamientos en nuevas tecnologías, conectividad a internet, dificultades de comunicación con pares y profesores, incapacidad para aprender a aprender regularmente (autorregulación), entre otros.(Catedra UNESCO 2020). Según la misma fuente en Colombia, los hogares conectados a Internet solo alcanzan un 57%.
Parte de este inconveniente está el último escándalo de corrupción en el que se le arrebató a los estudiantes más vulnerables de Colombia la posibilidad de conectarse y rebajar las brechas en cuanto a calidad educativa sumado a las acciones de desigualdad que terminan por determinar una inequidad social en los sectores más excluidos dentro de la política educativa nacional.
Finalmente, grande es el reto para que directivos, docentes y comunidad, puedan determinar espacios de reflexión donde se involucre la posibilidad de mejorar los índices de calidad en educación, sin importar las adversidades que en el camino se determinen. Dentro de esas nuevas acciones esta la importancia de la conectividad, la determinación de una política pública como bien lo ha hecho México en relación a la virtualidad, conectividad y la educación presencial sincrónica y asincrónica, espacios que en nuestro país se determinaron a raíz de la pandemia, pero que en otros países este tipo de dinámicas educativas virtuales ya eran parte de su cotidianidad, volviendo a estos países, más competitivos y con un mayor margen de desarrollo. Estas políticas educativas son una herramienta fundamental para el mejoramiento continuo de la calidad educativa y sobretodo la facilidad de acceso remoto, acción que garantiza permanencia y casi nula deserción. El reto es grande, pero como nación debemos dar ese salto cualitativo en la interpretación de una educación que sea el pilar fundamental para una sociedad más desarrollada, pensante y sobretodo que determine la tan anhelada justicia social.