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DIEGO FERNANDO SANCHEZ VIVAS
Complejos y delicados desafíos, le esperan al recién posesionado presidente de los colombianos Iván Duque Márquez.
El más grande de ellos y el más delicado y grave dada su complejidad es el parar el desangre de los asesinatos de los líderes sociales.
Según la Defensoría del Pueblo, desde enero de 2016 hasta la fecha, han sido asesinados 325 líderes sociales, lo cual constituye una verdadera tragedia para el país y un reto para el Estado parar esas muertes. Se han mencionado como posibles soluciones el fortalecimiento del sistema de alertas tempranas y un esquema integrado de protección colectiva que articule comunidades afectadas con entidades estatales del orden nacional y la participación efectiva de las autoridades departamentales y municipales.
Otro desafío grande para el nuevo presidente es el de la implementación de los acuerdos de paz con las Farc. Si bien es cierto, pese a todas las dificultades se logró estructurar un pacto bastante completo y pormenorizado según opiniones calificadas de expertos en resolución de conflictos, sin embargo su implementación se quedó corta y se han presentado retrasos inexcusables en muchos temas que ya deberían estar resueltos. Por otro lado el acuerdo de paz, al estar jurídicamente blindado pues fue aprobado por el congreso y refrendado por la Corte Constitucional, no debería ser objeto de modificaciones ya que es un acuerdo asumido por el estado colombiano. Igualmente queda entre el tintero para resolver el diálogo con el Eln, que había presentado grandes interrogantes por las acciones armadas de ese grupo y finalmente no materializó hechos concretos al no lograrse un cese al fuego. El nuevo gobierno ha dicho que va a revisar el tema y se espera que en sus primeros anuncios se determine si se continúa con la mesa de diálogo o se suspenden las conversaciones. Otro dolor de cabeza para el nuevo presidente será el enfrentar el aumento del número de hectáreas sembradas de coca que ya son 209.000, para lo cual el nuevo gobierno estaría contemplando varias medidas las cuales se espera sean anunciadas.
En materia económica se presentan grandes interrogantes si se tiene en cuenta que el nuevo ministro de hacienda Alberto Carrasquilla quien repite al haber sido ministro de Uribe en la misma cartera, se caracterizó por un manejo dependiente de las recomendaciones de la banca internacional y del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El nuevo gobierno ha anunciado también importantes reformas en materia fiscal, política, financiera y la justicia. Esperemos que dichas iniciativas consulten los mayores requerimientos de la población colombiana y que no respondan a intereses particulares de sectores dominantes, cuyos gremios económicos han quedado más que bien representados en el nuevo gabinete que inicia labores.
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