@valenciacalle
Lo he visto. Tienes que verlo. Es el mismo aprendiz de carpintero que durante tres años habló de paz entre los hombres de buena voluntad, y con palabras humildes nos enseñó a perdonar a quienes nos ofenden, así como a pedirle al Padre Nuestro (amo y Señor del Universo) que no nos deje caer en tentación. Sí, al hijo de María, la que ruega por nosotros los pecadores, y nos consuela el alma cuando le oramos con la confianza puesta en el corazón.
Mucha gente lo ha visto. Millones de gente han visto a Jesús de Nazaret caminando por Popayán. Se pasea tranquilo, sin prisa, saludando a todo el mundo, entregando con su presencia un poco de fe, dejando en el aire un espacio para el milagro que todos pedimos, que todos quisiéramos.
Se puede vislumbrar su presencia cuando en el cielo redoblan los tambores, como música de ángeles, que golpean y hacen eco en paredes blancas, faroles y ventanas de otros siglos.
Cuando aparece cruzando la esquina, con el aroma glorioso del incienso que nos transporta al mundo místico de la santidad, un leve poema se apodera de nuestro ser. Y cuando ya está frente a nosotros, la bulla y los rumores de la calle se vuelven silencio, un silencio liviano y brillante que nos arruga el corazón; y en su presencia, no queda más que sentir un pequeño furor de misterio saltándonos en el pecho.
Todos pueden verlo, tocarlo y saludarlo, claro que sí, pero pocos pueden vivir con él un instante de comunión. Para estar en su presencia, para encontrárselo en las calles de Popayán, la gente viene desde la Patagonia y del otro lado del Océano a buscarlo, a intentar verlo, a darse el chance de vivir una experiencia mística y única en el mundo, y a fe que lo logran. No por nada tenemos y hacemos las mejores procesiones del mundo, aquí, en Popayán, en honor al rey de reyes. Y para ello, es que cientos de cargueros y semanasanteros le ponen el hombro a una tradición milenaria.
Y a su paso, a su imagen maltrecha de nazareno, la vida se nos ilumina y logra inspirarnos para vivir con esperanza, para recordarnos que su presencia entre los hombres no es gratuita, que nada es fácil, pero que no estamos solos en este valle de aventuras sin fin, porque él, el hijo de Dios, está entre nosotros, está con nosotros.
Como dice la canción “querido viejo” que canta Piero, es un hombre de historia sin tiempo, que creció con el siglo, que camina lerdo, como perdonando el viento, y al que hay decirle “yo soy tu sangre mi viejo”. En su presencia, por las calles estrechas de Popayán, entre sirios, loas y violines, entre oraciones y cargueros de imágenes que cantan su historia y su agonía, nuestro rostro se llena de lágrimas de sal, pero en el alma, no hay sino alegrías.
Aquí, en Popayán no hay santos ni lugares específicos para recibir milagros, pero cada año, son más los peregrinos que llegan a la ciudad con la intención de ver desfilar a Jesucristo por las calles, entre flores, músicas y poemas al silencio, porque en Popayán, durante la semana santa todo se viste de poesía, de milagros, noches de silencio y días floridos con misa y buhoneros.
Esta noche y toda esta semana déjate ver de Jesucristo. Ve a una iglesia. Ve a las procesiones, lleva una vela, llena tu corazón libre de sospechas, pon en tu boca un par de oraciones y únete al coro universal de católicos y cristianos que estarán a esa misma hora, rezando y orando por un mundo mejor. Hay que tener esperanza en un mundo mejor. Hay que tener fe, en un mundo mejor. Hay que creer que si todos ponemos un granito de arena en ello, habrá un mundo mejor.
Tu oración, se elevará al cielo, y con otras miles de oraciones salidas del corazón de miles de cristianos, haremos una pira inmensa, una nube enorme de energía pura para el perdón de nuestros pecados, para la gloria de Dios, para el milagro que necesitamos.
NOTA 1. Gracias a todos los ciudadanos de Popayán, que con su esfuerzo, trabajo y dedicación, han logrado hacer de la Semana Santa 2015, un evento universal para el recuentro de fe, la familia y los amigos en la ciudad blanca. Gracias a todos los que nos visitan, esperamos que su estadía sea grata y como dicen los Scouts: “al lugar que vas, no te olvides dejarlo mejor de cómo lo encontraste”.
NOTA 2. Invitación cordial para mañana miércoles Santo, 01 de abril, a las 10:00am, en la Casa Museo Valencia, para el lanzamiento de mi libro LEYENDAS EXTRAORDINARIAS DE POPAYÁN.
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