GUILLERMO VARONA
En esta época de recogimiento y disciplina ha quedado tiempo para pensar y algunas veces hablar con amigos acerca de situaciones que vienen afectando al país. De manera breve deseo hacer algunas de estas consideraciones.
- Para fabricar la pasta de coca se necesitan algunos elementos químicos como gasolina, ácido sulfúrico y éter, entre otros. ¿Dónde se adquieren esos productos? En el comercio o directamente de las fábricas o se importan? ¿Estas compras son controladas por el gobierno o simplemente se dejan pasar a los laboratorios como si nada? ¿Y los retenes de policía tampoco aplican controles?
- Se trata en estos días el tema sobre el deterioro de nuestras selvas vírgenes por la tala de sus bosques y la dedicación de esos espacios a la siembra de coca o al aprovechamiento de la madera o a la explotación ganadera. Para acondicionar esos terrenos se necesitan maquinarias y mano de obra suficiente. ¿Cómo hacen estos “empresarios” para contratar estos elemento y al personal sin que el gobierno se entere? ¿Por dónde pasan sin que se den cuenta los retenes y controles? ¿Porqué nunca se sabe de la captura de alguna de las cabezas ni de los promotores de estos negocios ilegales?
- Para trasladar las maderas que se obtienen de los bosques se necesita un buen número de equipos y personal que lo haga. Porqué en muy pocas ocasiones se sabe del decomiso de estos materiales y la captura de quienes lo hacen? Porque para viajar de las selvas hasta los centros donde se transforman, deben pasar por muchos retenes y controles.
- ¿Por dónde ingresan al país los grandes cargamentos de mercancías de contrabando que se ofrecen en los comercios de todas las ciudades? ¿Cómo hacen para recorrer las grandes distancias entre los puertos y los almacenes y centros comerciales sin que las autoridades se den por enteradas? ¿Porqué se ofrecen en los comercios como si estuvieran autorizadas en detrimento de nuestros productos nacionales?
- Igual sucede con la minería ilegal, la cual en la mayoría de los casos se practica en regiones apartadas. Pero cómo hacen para pasar hasta lejanos sitios la maquinaria que se requiere, la pasan desarmada? o ¿en helicóptero? ¿Y los controles y retenes no se enteran? ¿Y después de muchos meses cuando las selvas han sido devastadas y los cauces de los ríos desviados y casi desaparecidos, nos damos cuenta porque alguien de casualidad tomó unas fotos aéreas?
Y para concluir, como todas estas actividades son ilegales, lógicamente no se les cobran impuestos. Si así fuera, no se necesitaría ninguna reforma tributaria y Colombia sería un país mucho más desarrollado, más equitativo, menos corrupto y más civilizado.
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