EDUARDO NATES LOPEZ
Aunque es indeseable, no es propiamente ajena a los debates, sobre todo los políticos; En las democracias imperfectas como la nuestra, con posiciones apasionadas, es muy difícil que no se presente. Por supuesto, me refiero a ‘la polarización’. Sin duda, trae consecuencias, distanciamientos, rupturas, unas veces reversibles, otras no. Pero ese costo es inherente a una sociedad en formación. Los periodistas y/o los medios de comunicación hacen su aporte porque, indefectiblemente tiene una inclinación política; y humanamente termina haciéndose realidad el axioma al que induce la frase: “El que no está conmigo, está contra mí”. La neutralidad pura no existe. Las encuestas revelan franjas con conceptos como: “No sabe/No responde”; “En blanco”; “Ninguno” etc. que llegan a sumar cifras grandes y variables. Pensando en este sentido me llega a la mente otra conocida expresión que, a veces le adjudican al inigualable político inglés Winston Churchill y otras, al escritor norteamericano George Jean Nathan: “Los gobernantes malos son elegidos por los ciudadanos buenos, que no votan”. Y creo que buscando aproximar los votantes a las urnas y darle legitimidad y fuerza democrática a la decisión, por fortuna se involucró la figura de la “segunda vuelta” a las elecciones presidenciales, en la Constitución del 91. Estimo que, a medida que se aproxima la decisión final, van extinguiéndose las posiciones neutras y conciliadoras hasta que toca escoger una de dos… Un ejemplo podría ser lo que está ocurriendo con Sergio Fajardo, cuyos índices en las encuestas, por sus posiciones indefinidas, no despegan. Y comienzan a salir a la superficie manifestaciones que indican un sentido subyacente pero previsible. Por ejemplo: los mensajes en las redes de ayer dicen: “Fajardo se quitó la máscara”; “Tiene Jefe de Debate Anti-Fico: es Ariel Ávila, publicista de las negociaciones con las Farc, Santista, trabajó con la alcaldía de Petro, socio del exguerrillero León Valencia, fue líder del paro nacional de 2021, seguidor del Foro de Sao Paulo, etc.” ¿Para dónde va, entonces, Fajardo? El desespero lo ha llevado al ataque contra el presidente Duque y contra Fico. No quiere molestar a Petro, para que lo reciban mejor que como han recibido a los conversos en el Pacto Histórico. El 30 de mayo no podrá ver ballenas, pues en Villa de Leyva, en casa de la ex canciller Holguín -que perdió el mar de San Andrés- no hay. Pero políticamente está ido al Petrismo. Otra cosa es que sus seguidores -pocos, ya- se vayan de cabestro donde Petro… Creo que, en la intimidad del cubículo, no lo harán. Por otro lado: ¿Qué pasó con la neutralidad pasajera del Partido Liberal? Era de papel (y de César Gaviria…). Ayer se abrió la compuerta que la corriente iba a tumbar y el gran torrente liberal se fue a donde Fico Gutiérrez, como estaba previsto…
Toca aceptar lo indiscutible. Lo real: A estas alturas, para la escogencia de presidente, la opinión se decantará entre el centro derecha que representa Fico y la izquierda que lidera Petro. Así ha venido ocurriendo en el mundo. Porque los tibios y eunucos, que no asumen posiciones, no cautivan al electorado: Izquierda vs. derecha. Pongámosle colores: Negro vs. blanco. Pongámosle sentido comparativo con países vecinos: Venezuela y Cuba vs. Ecuador y Brasil. Pongámosle sentido migratorio: en los de izquierda, la gente queriendo irse (a otros países a vivir de caridad en las calles y a veces tener que delinquir para comer) vs. en los de derecha: la gente queriendo quedarse para producir y crear riqueza. En términos económicos: en los de izquierda: Expropiación y Estatización de las pensiones vs en los de derecha: Estímulo al ahorro privado y a la creación de empresa. Pongámoslo en términos de responsabilidad social: En la izquierda: Todo me lo tiene que solucionar el estado… (Por eso no trabajo ni produzco) vs. en la derecha: todo lo debo solucionar yo, con mi iniciativa propia… (Por eso trabajo y produzco, con ayuda, acompañamiento y vigilancia del estado). Extrapolando este paralelo podríamos decir: ¿Qué quiere la decisión colectiva para mí y mi familia?: Pongámosle nombre y apellido: Gustavo Petro. Vs. ¿Qué quiero yo para mi familia y la colectividad?: Pongámosle nombre y apellido: Fico Gutiérrez.
Toca escoger, con responsabilidad…