Aunque suene cansón, solo queda seguir insistiendo en las medidas básicas como el uso del tapabocas, el lavado frecuente de manos y el aislamiento social. El virus está en la calle a la caza de indisciplinados sin tapabocas, sin autocuidado y expuestos a muchos asintomáticos que ni siquiera se han enterado que son portadores.
En la capital caucana la afectación por el avance de la pandemia mantiene un crecimiento preocupante. Igual pasa con el Cauca en general, donde las cifras son cada día más altas en su territorio. Esta podría ser cuatro categorías definidas por el Gobierno Nacional para permitir la reapertura de diferentes sectores económicos bajo los criterios establecidos por las autoridades sanitarias.
Recordemos que la categoría Alta Afectación cercena de un tajo las posibilidades que tenían varios establecimientos de iniciar vida productiva en la ciudad y los condena a continuar en confinamiento. Por otro lado, reafirma aquella premisa que en Popayán ha podido la indisciplina social, las reuniones, las tomatas y las fiestas más que los esfuerzos de las autoridades por contener a los ciudadanos aislados en sus casas. De alguna manera es frustrante.
Así las cosas, y en aplicación al Decreto presidencial vigente, en esta categoría no pueden abrir los establecimientos y locales comerciales de esparcimiento y diversión, bares, discotecas, de baile, ocio y entretenimiento, billares, de juegos de azar y apuestas tales como casinos, bingos y terminales de juego de video. Tampoco lo podrán hacer los establecimientos y locales gastronómicos, que sólo están habilitados para ofrecer sus productos a través de comercio electrónico, por entrega a domicilio o por entrega para llevar.
Así mismo, se restringe la práctica deportiva y ejercicio grupal en parques públicos y áreas de recreación, deportes de contacto o que se practiquen en conjunto y quedan en vilo los servicios religiosos que impliquen aglomeraciones, salvo que medie autorización por parte del Ministerio del Interior.
Los contagios siguen creciendo en Popayán. El patógeno se esparce en fiestas familiares, reuniones sociales, aglomeraciones en diferentes puntos y encuentros sin el menor recato de distanciamiento. Aunque suene cansón, sólo queda seguir insistiendo en las medidas básicas como el uso del tapabocas, el lavado frecuente de manos y el aislamiento social. De lo contrario, no está lejos otro confinamiento total de la ciudad, ese que a miles no les gusta.
No hay camas de cuidados intensivos para tanta gente, de ahí que el único camino sea aprender a protegerse porque ya sabemos de la devastación que ha dejado el coronavirus.