OLMEDO GUACA TIMANÁ
Estamos asistiendo a una serie de incoherencias, tanto de hechos como de personajes, las cuales son nocivas para nuestro Estado de Derecho, para la moral social, para la ética administrativa, para nuestra endeble democracia, lo cual se ha convertido en un pésimo ejemplo tanto a nivel nacional como internacional, motivo por el cual mandatarios como el electo Joe Biden y organismos internacionales de Derechos Humanos y sobre procesos democráticos le han puesto el ojo a Colombia.
Por ejemplo, nuestro presidente Duque en sus discursos de campaña, y ahora, siempre es pregonando sobre: La legalidad, la impunidad, la corrupción, “El que la hace, la paga”, “cero mermelada”, “Gobernaré para todos los colombianos” Toda esta belleza se quedó en el plano de la incoherencia. Empezando por los nombramientos en donde los mejores ministerios, embajadas y entes descentralizados, en el 99.9% son de Uribe. Dicho de otro modo, su gobierno no es para los colombianos sino para un grupo político o como dicen, para dicha secta.
Son muchísimos los ejemplo, pero hay unos más notorios por no decir nocivos. Minhacienda, sin aclarar aún sus bonos de agua, negocito que quebró a más de cien municipios que aún no tienen acueducto. Alejandro Ordóñez, oscuro personaje perseguidor con su poder a sus enemigos políticos, fue sacado del puesto por la corrupción encontrada y ahora es el flamante embajador ante la OEA. Francisco Santos, quien más de un testigo y de los que si saben le sostienen haberse reunido con los mandos de las AUC pidiendo la conformación del bloque capital cuyos resultados saltan a la vista en donde las Aguilas negras vienen persiguiendo a la oposición en Bogotá, la capital de Colombia. Otros embajadores que han tenido problema como el del cartel de la hemofilia, laboratorios de coca, corruptos en diversos cargos han sido nombrados como embajadores y cónsules en diversas partes del mundo. Incoherencia total con su legalidad, su anticorrupción, el que la hace la paga y cero mermelada, porque la mayoría de estos burócratas no reúnen los requisitos, no son de carrera diplomática sino aportadores a su campaña, congresistas quemados en las elecciones, familiares de senadores del CD, es decir mermelada al piso. Y eso sin mirar la burocracia nacional que es idéntica.
Si a lo anterior se analizan las incoherencias en cuanto a nombramientos nacionales ni qué decir. Total, que no gobierna como dijo, para los colombianos sino adivinen para quién. Amén de las incoherencias con el manejo a los aparatos de seguridad que chuzan a periodistas y opositores con el nombre de perfilamientos. Seguimos con los billones entregados no a los necesitados sino a los banqueros para su negocio-enriquecimiento- Con billones para activar la economía pero que los bancos ponen trabas, lo propio ocurre con dineros para el agro, para la educación, para la salud. Total incoherencia como el de torpedear a los otros poderes del Estado, desobedeciendo tutelas, mandatos judiciales, propio de las mejores dictaduras y ostentando los órganos de control a sus aliados políticos.
Pero hay un caso de moda, aberrante como el posible nombramiento del tétrico Néstor Humberto Martínez, como le dicen: Doctor cianuro, Cuando le han demostrado el entrampamiento a Santric para golpear el proceso de paz-no es defensa a este antisocial, más por lo menos 16 casos de entrampamiento de su fiscalía con falsos positivos debidamente demostrados que era su guerra sucia contra el proceso de paz y todo porque la JEP no les conviene a más de uno de los intocables, poderosos y eternos colombianos que dicen amar a su patria. Pero la peor incoherencia es la del pueblo colombiano que sigue eligiendo a los mismos corruptos, dictadores y desfalcadores. ¡Incoherencias nocivas!: dañinas, fétidas.