In memoriam

ÁLVARO JESÚS URBANO ROJAS

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El domingo 24 de febrero, ante el infortunio de lo inevitable y en los albores de su juventud, voló hacia el Oriente Eterno a pernoctar en el Edén del Supremo Arquitecto del Universo, el insigne Rector de la Corporación Universitaria Autónoma del Cauca y amigo entrañable NELSON HERNANDO PUENTES RODRÍGUEZ; intentaba llegar a tiempo al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón para abordar un vuelo a Panamá, en el marco de un encuentro de Rectores en temas de acreditación en alta calidad para Instituciones de Educación Superior.

NELSON HERNANDO, fue un ser de grandes realizaciones, su talante de hombre emprendedor, innovador y estudioso lo consagró como educador, en cuya novel existencia dejó una estela de triunfos, ejemplo de vida para nuestras nuevas generaciones. Íntegro, pausado, ecuánime en cuyos ojos brillaba la luz de la inteligencia y la serenidad a pesar de su corto periplo en las lides de la vida.

Su personalidad deslumbraba, de trato sencillo, amable y respetuoso, virtudes que admiramos quienes tuvimos el privilegio de conocerlo. A sus 33 años se posesionó como Rector en el auditorio La Quimera, en solemne ceremonia presidida por el Maestro BRUNO MANTILLA PINTO, fundador de la institución.

Fue un Rector afectuoso pero enérgico, comprometido con la formación en el ser, más que en el saber, tenía claro que el mundo necesita gente ética, íntegra y moral con principios y valores, más que grandes eruditos sin criterios y personalidad para construir sociedad. Tenía el don del buen maestro, gustaba de enseñar con el ejemplo, era asiduo y vehemente en buscar el conocimiento, asumirlo, transformarlo y transmitirlo. Decía, con absoluta convicción, que a la sabiduría no se accede sólo con los libros, ni con erudiciones por profundas que ellas sean, sino en la interacción con el colectivo social desde el cual se aprende cada minuto de la vida.

Ejerció su dignidad con puertas abiertas a la comunidad universitaria, mantuvo un diálogo fluido, fraterno y cercano para cumplir las metas institucionales. Tuve la oportunidad de despedirme para siempre, el viernes pasado, cuando lo felicité por el manejo amable de una reunión motivada por un petitorio de los docentes de la facultad de Derecho. Sin saber que era la última vez que nos veíamos, le estreché la mano con fortaleza, vi en sus ojos algo de tristeza, como presagiando la tragedia, pero sin advertir ni adivinar su adiós eterno, me dirige a los salones de clase quedando gravada en mi memoria su imagen de inspirador de propósitos para engrandecer la patria.

De sobresaliente curriculum, fue Licenciado en Educación Física, Deporte y Recreación de la Universidad Libre de Colombia, especialista en Rehabilitación Cardiovascular de la Universidad Nacional de Córdoba, magíster en educación de la Universidad de La Sabana, candidato a doctor en Educación Superior en la Universidad de Palermo y en Sociología en la Pontificia Universidad Católica Santa María de los Buenos Aires, con 10 años de experiencia en docencia universitaria, ocupó con suficientes méritos el cargo de Director del programa de Deportes no Convencionales de la Universidad del Saber Panamá, director de investigación de la Facultad de Educación en la Universidad Maimonides, asesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Decano de la Facultad de Cultura Física, Deporte y Recreación de la Universidad Santo Tomás.

Un adiós sentido y contrito al amigo y compañero, su prematura partida enluta al estamento universitario de Popayán, expreso mi solidaridad y profunda condolencia a sus padres NELSON PUENTES y SARA RODRÍGUEZ, extensivas a su esposa CYNTHIA LAIÑO, a sus familiares, amigos y deudos. Paz en su tumba, que su ejemplo de vida perdure en nuestro pensamiento como una de las formas más bellas de alcanzar la inmortalidad a través del recuerdo de los semejantes.

Concluyo este homenaje póstumo, con los versos del poeta payanes ANTONIO MUÑOZ FEIJOO (1851-1890) quien sostienen que: “… / la vida es el honor, es el recuerdo. / Por eso hay muertos que en el mundo viven, / Y hombres que viven en el mundo muertos…” ».