En los últimos días, la parca de la muerte se ha posado sobre la cultura de Popayán, y nos ha dejado con un sentimiento de infinita tristeza. Primero fue el pintor y escritor Gustavo Hernández, luego la poeta y escritora Gloria Cepeda Vargas y finalmente el escritor y columnista Jaime Vejarano Varona.
Al maestro Gustavo Hernández lo conocí en esas inefables tertulias culturales a las que nos acompañaba y a las que no faltó sino ya en los últimos días de su vida cuando su dolencia se tornó inexorable. Era Gustavo una persona sencilla, culta, educada y poseedora de un don para plasmar la realidad a través de la pintura con una técnica bastante llamativa que dominaba con gran destreza. Con frecuencia le preguntaba al maestro Hernández sobre su punto de vista acerca de pintores de este lado del mar y tenía especial predilección por las pinturas nativas.
Con Gloria Cepeda Vargas nos encontramos hace algunos años en ese gran esfuerzo que se hizo para reunir a los cultores de la palabra en la Asociación Caucana de Escritores. Había recorrido ya un largo trayecto en el arte de las letras luego de vivir varios años en Venezuela y tenía un gran reconocimiento a nivel internacional como la Medalla de Oro y diploma de la Real Academia de Artes y Letras de Bruselas (Bélgica) en 1993; El Premio Internacional de Cultura por Vida y Obra, Gran Fraternidad Universal de Túnez (África) en 1997, y Mención de la Casa de las Américas de La Habana Cuba, entre otros. Gloria Cepeda Vargas tenía una prosa muy fluida y su lírica era bastante sentida, real y magníficamente elaborada como hilos de filigrana que se entrelazan en forma caprichosa para dar una sensación inefable de belleza y estética literaria. Columnista de ‘El Liberal’ y de ‘El Nuevo Liberal’ en los últimos años, y colaboradora de varios periódicos y revistas de Colombia y Venezuela. Como columnista defendía con verticalidad y vehemencia sus ideas, y resultaban especialmente críticos sus escritos sobre la situación de Venezuela y la corrupción en nuestro país.
A Jaime Vejarano Varona lo conocimos también en la Asociación Caucana de Escritores a cuyas reuniones acudió en los primeros años de fundación de dicha asociación, donde eran especialmente destacadas sus intervenciones por su ingenio, conocimiento profundo de la historia de Popayán y sus personajes, y también sus escritos en la columna de ” El Nuevo Liberal”, donde pretendía rescatar esos valores del Popayán viejo con sus sanas costumbres y su cultura cívica.
Gloria Cepeda Vargas, Gustavo Hernández, Jaime Vejarano Varona, que su legado y su presencia nos acompañen por siempre y que la huella profunda que dejaron en la cultura y su recuerdo sean la señal que marque la senda para que nuevas generaciones sigan su camino. RIP.
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