Identidad perdida

La cedulación es el primer paso que dan los miles guerrilleros y milicianos de las Farc a la legalidad. Hay quienes ya tenían cédula, pero a todos se les expidió una nueva. Este documento acompañará la acreditación que les entregará el Gobierno como ex combatientes del grupo guerrillero para acceder a los mecanismos de reintegración a la vida civil que se acordaron en La Habana.

Por: Laura Clavijo

Especial para El Nuevo Liberal

La cedulación es el primer paso que dan los miles guerrilleros y milicianos de las Farc a la legalidad. Hay quienes ya tenían cédula, pero a todos se les expidió una nueva. Este documento acompañará la acreditación que les entregará el Gobierno como ex combatientes del grupo guerrillero para acceder a los mecanismos de reintegración a la vida civil que se acordaron en La Habana. /Fotografía: Suministrada

-¿Cómo es su nombre?-

-Ramón

– Ese es el de guerra. El civil ¿Cómo es?

– Vea señorita, es que la verdad yo no me acuerdo. Yo recuerdo que mi mamá me decía “Gus”, pero no sé más. Mis padres murieron cuando yo tenía 11 años y a los 13 ingresé a la guerrilla y aquí me dicen así desde hace 25 años.

Es como si a algunas personas de las Farc les quitaran una máscara y se descubriera el rostro de un colombiano que jamás se ha visto en un espejo. Como cuando los hombres con barba se afeitan o las mujeres se cambian el color del cabello: no se sienten ellos mismos.

–   Hugo Alcides

– ¡Hugo Alcides!

-¡Federico mano! lo llaman para que reclame su contraseña

– jaja, es que no me acostumbro todavía.

Fueron más de 50 años inmersos en un anonimato del cual solo se tiene una orden de captura como registro, bajo un nombre de guerra que los puede identificar más por las acciones dentro de la guerrilla que por su propia historia familiar.

Más de mil personas de los listados que las Farc entregaron a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz para su acreditación, nunca en su vida han tenido documentos de identificación y la Registraduría Nacional del Estado Civil no tiene rastro de ellos en sus anaqueles. Son nuevos colombianos.

La dificultad del caso es la certeza de su historia. Después de décadas de  guerra no se acuerdan de su pasado.

Toda una vida deambulando por la periferia colombiana con el nombre de algún rebelde emblemático, hoy ad portas de transitar a la vida civil se les pide recordar su primer instante de memoria, en el que varios ya se encontraban en las filas guerrilleras.

-Señorita, es que yo ni sé dónde nací. Yo creo que soy del Chocó porque soy moreno, pero ni de la vereda me acuerdo.

– Pero, ¿Del Chocó cerca de Quibdó o a Istmina?

– No le digo señorita que yo no sé… Oiga y ¿Qué hubiera pasado si me matan? ¿Quedo como NN? Porque no creo que alguien me hubiese reclamado…

Para estos casos, se expidió una resolución que permite registrar a los guerrilleros y guerrilleras de las Farc de quienes no se encontró huella. En las jornadas de cedulación que terminan esta semana en las Zonas Veredales, el registrador encargado puede ingresar a un colombiano del que no hay rastro, al censo nacional con los datos que pueda recordar y con él mismo como testigo.

Esta ha sido la oportunidad para que varios reconstruyan su identidad personal después de la guerra en la selva.

-¿Usted cómo sabe que tiene 21 años?

– Eso me dicen. La otra vez yo dije mi edad, restaron y dieron con mi año de nacimiento.

– Pero ¿y la fecha? ¿No sabe cuándo cumple años?

– No señor.

–  Bueno, y para su registro civil ¿Cuándo quisiera cumplir años?

– En diciembre, en Navidad. Esa época es muy bonita.

promo-portalYa con la cédula estos mil nuevos colombianos podrán registrar a sus hijos, suscribirse al sistema de salud y ser plenamente identificados. Claro, el tránsito a la legalidad impone el reto de identificarse con su nombre y firma civil, que para ellos no denota la misma fuerza que su seudónimo de guerra. Ramón 47 era quien sostenía el fusil como centinela, pero Jaider es el nombre de aquel niño campesino bautizado por su madre en honor de su fallecido padre. Varios incluso susurran sus apellidos al funcionario de la Registraduría. Puede ser timidez ante un pasado que apenas si recuerdan.

– Firme este formato por favor

– Aquí donde está la X, ¿Si? …

– Pero espere, espere… Tiene que firmar con su nombre civil.

– jajaja. Es que es como si firmara por otra persona.

La cedulación es el primer paso que dan los miles guerrilleros y milicianos de las Farc a la legalidad. Hay quienes ya tenían cédula, pero a todos se les expidió una nueva. Este documento acompañará la acreditación que les entregará el Gobierno como ex combatientes del grupo guerrillero para acceder a los mecanismos de reintegración a la vida civil que se acordaron en La Habana.

Ésta también es la puerta de entrada a la construcción de una vida propia, del cierre del capítulo de una historia de guerra. Hoy cada excombatiente tiene la oportunidad de comenzar a recorrer otros caminos, quitarse las botas, dejar el fusil,  vivir en la legalidad, usando la fuerza más poderosa: la de la palabra.