HORACIO DORADO GÓMEZ
Horaciodoradohotmail.com
No puedo disimular la ansiedad que me produce hablar de esto. Mucho he escrito sobre el abandono de Popayán. Era un convencido de que algún día llegaría el cambio, porque, no hay mal que dure cuatro años ni ciudad que lo resista. Hace nueve o diez años que ando por ese camino, escribiendo sobre el mismo tema de ciudad. Atravesando senderos espinosos que no han sido fáciles ni fértiles, porque los funcionarios siempre toman mis comentarios como asuntos personales. No apelo a la crítica destructiva; al contrario, propositiva, porque escribo con la tinta del dolor sobre el acontecer de mi amada Popayán. Me punza el corazón verla en el abandono, maltrecha y sin dolientes.
El alcalde, César Cristian lleva un año y medio en el poder. El tiempo vuela. Es un Contador Público que debe hacer ejecuciones puntuales, usando la ecuación contable Activo = Pasivo + Capital. De allí que en su balance de aciertos y desaciertos, debe hacer gastos de su capital político con actos de impacto.
Recuerdo que iniciando su gobierno hizo el inventario: Popayán era un caos. Imperaba la anarquía por doquier, porque en el camino de sus antecesores, siempre apuntaron: “el que venga atrás que arrié”. Es posible que sean los mismos que ahora exigen. Claro, también los buenos ciudadanos piden acciones contra los vivarachos del desorden; contra los que invierten en beneficio particular sin pensar en el interés general. Hay que enseñarles que no pueden hacer lo que les da la gana. Eso poco gusta, porque pisar callos duele.
El alcalde Gómez Castro, tiene superávit de favorabilidad. Por eso, con autonomía, debe ejercer el control. La ciudad es intransitable, más no es responsable por cuenta de obras civiles acumuladas y por muchas razones y proporciones que por ahora no voy a escribir.
Volvieron pan de cada día la censura, algunos ciudadanos inconformes utilizando armas innobles, con inventivas; hasta con revocatoria; pero “gato maullador nunca es buen cazador”. Pierde la ciudad, cuando en las redes sociales y en el “periodismo” toman asiento para difamar. Las personas exitosas aprovechan los momentos de crisis convirtiéndolos en oportunidades. Entonces, Cesar Cristian Gómez debe revelarse como buen alcalde, midiéndose contra los obstáculos que le asisten.
En Facebook y en medios de comunicación alborotan con decires y acciones, pero no los ponen donde corresponde: la justicia. Pierden así, autenticidad y seriedad, al proceder sin reparo alguno, repartiendo ráfagas a diestra y siniestra, tratando de polarizar al oyente y al leyente. No entremos en ese juego. Pensemos en Popayán, en los intereses de todos, apoyemos al alcalde para que siga por el camino del cambio.
Gómez Castro es el primer Contador Público en llegar a esa dignidad del Estado, y tiene que demostrarle a este pueblo que lo vio nacer y por supuesto a sus malquerientes, que el cambio si es posible. La gente eligió el cambio, la ciudad necesita un cambio. No es fácil, ni de un día para el otro, porque Popayán ha estado postergada y destruida.
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