Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
Consideran que el sacerdote al igual que el personal médico, de alimentos y la fuerza pública deben estar al frente de batalla contra la Covid-19, porque para ellos la parte espiritual es más importante que la parte mundana y material; dicen que los gobiernos han puesto restricciones a los sacerdotes en el mundo entero pero esas restricciones las han acatado en la medida estrictamente necesaria para la seguridad de ellos y la de los prójimos, pero no todas las disposiciones “porque el césar (los gobiernos de este mundo) no puede estar sobre el gobierno de Dios, y por eso ellos han salido en medio de la pandemia a orar por el fin de la enfermedad que la ha ocasionado el pecado y la desobediencia del hombre”.
“Los Sacerdotes Franciscanos Mater Dei salieron a enfrentar con oraciones la pandemia, acompañando a sus prójimos, tal como en siglos pasados los religiosos lo hacían”, manifestó el Padre Sebastián López. Según él, siempre eran los primeros en salir a las calles a orar a predicar el arrepentimiento, a suplicar el auxilio de Dios, para que se detuviera el mal que hubiera traído el pecado la humanidad. Ahora ellos lo están haciendo por la comunidad, y por eso han tenido problemas con los sacerdotes diocesanos que se oponen a que hagan esto; “no obstante hacemos este trabajo como siervos del señor”, manifestó el religioso.
Son Sacerdotes Franciscanos que siguen el paso del Señor sin tener pertenencias y tienen en cuenta a la santísima Virgen María Madre de Dios; por eso, Mater Dei, la comunidad, surge en Buenas Aires, Argentina y tiene presencia en Pitalito y en San Juan de Pasto; no están sujetos a las diócesis porque los limitan en el trabajo espiritual como sacerdotes; según ellos no los dejan hacer un trabajo misionero. Sin embargo acatan la mayoría de las disposiciones de la Iglesia Católica, la tradición, la doctrina, pero no están sujetos a las jurisdicciones.
Se formaron en una comunidad que esta al sur de Nariño, fueron ordenados hace más de 20 años por el entonces obispo de Ibarra, en Ecuador, quien era el benefactor de la comunidad, pero las autoridades de la Iglesia Católica los apartaron; sin embargo ellos manifiestan tener la ordenación apostólica. El padre Sebastián recordó que la cristiandad con su ritual eucarístico se divide en muchas congregaciones entre ella la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Copta Egipcia, el Patriarcado de Jerusalén, y la Iglesia Católica. El credo es el mismo según manifiesta el Sacerdote Franciscano, además, indicó que después del Concilio Vaticano II cuando se hicieron algunas reformas a la iglesia, se distanciaron algunas comunidades religiosas.
Ellos consideran que los Sacerdotes no deben tener feriados ni vacaciones, ni fines de semana, ni horarios de oficina, porque según ellos el diablo está permanentemente al acecho. Para ellos el sacerdote debe estar dispuesto las 24 horas para los santos oleos, para las confesiones; incluso si por el paso que ellos hagan por algunas localidades les solicitan la confesión, ellos se detienen a hacer la voluntad de las personas como médicos de las almas que son.
Todos los años hacen peregrinación de cuarenta días a los principales santuarios católicos, en esta ocasión pasaron por Popayán para llegar a Buga y de allí se dirigirán hasta Chiquinquirá. De regreso pasarán por el Huila, Putumayo y terminaran en las Lajas, Ipiales.
“La peregrinación es un proceso muy antiguo como lo hacía Jesús de comunidad en comunidad, ofreciendo sus oficios, la misión es orar por todo el mundo y orar por cada persona, ir bendiciendo a las personas en las calles con la mano extendida, porque se requiere la presencia de Dios atreves de sus ministros”, Indico el Padre Sebastián.
Entre sus obras está el favorecimiento a una comunidad de cerca de 80 abuelos en Pasto que reciben la voluntad de las personas, es un pequeño oratorio donde brindan además de asistencia espiritual, asistencia alimentaria que recogen de ofrendas y benefactores que van conociendo en el camino en su peregrinaje que hasta ayer completaba 18 días. Esperan compartir con todos aquellos que encuentren en el camino e invitan a los demás cristianos a que invoquen a Dios todos los días en sus oraciones.