Hay dos motivos para ser premiados como gobernantes
QUEIPO F. TIMANÁ V.
Soy maestro, siempre enseñé que, al hacer un juicio en historia, debe primar la objetividad razonada de la realidad, sobre la valoración ideológica, espero que se me entienda bien, la administración del ex presidente Juan Manuel Santos, al cual espero que la historia lo reconozca como estadista, por cuanto avanzó con la propuesta más audaz sobre la modernización de la comunicación terrestre en Colombia con su implementación de las 4G, avenidas de la prosperidad, continuación del túnel de La Línea, construcción de los puentes Alfonso López Pumarejo y Mompox sobre el rio Magdalena en Barranquilla y Mompox, respectivamente, entre otras obras de gran relevancia para el país.
Adicionalmente logró el acuerdo con las Farc, redujo la tasa de pobreza que estaba cerca del 50%, es decir, uno de cada dos colombianos era pobre. Dejó al final de su mandato reducida la pobreza a casi la mitad 27%, y la pobreza extrema en un 7%; hecho que fue juzgado ideológicamente por sus oponentes. En mis artículos en el periódico El Nuevo Liberal, titulados “El Santo no hizo el milagro”, señalaba que la votación del Cauca para los dos periodos presidenciales fue definitiva para su elección, sin embargo, su gobierno no realizó ninguna de las obras básicas para el desarrollo del Cauca, como son:
- La doble calzada Popayán-Santander de Quilichao
- La variante Rosas – Estanquillo
- Pavimentación de la parte que le corresponde al departamento del Cauca, de las dos carreteras: Popayán-Isnos-Pitalito y Popayán-Puracé-La Plata-Neiva
- Carretera Popayán-Guapi (océano Pacífico)
- Construcción de tres plantas hidroeléctricas, para aprovechar el caudal de los ríos y atender la demanda de energías limpias.
Si estas obras no aparecen en el nuevo plan de desarrollo departamental, para ser gestionadas y en lo posible iniciadas ante el Gobierno nacional, significa que estamos condenados a la resignación caucana.
Estas obras, fueron prometidas por la administración Santos, pero ninguna fue realizada, estas obras deben mirarse en la óptica de un desarrollo prospectivo, es decir que su realización puede durar varias administraciones, pero es preciso empezarlas lo más pronto posible; una de las fallas que han cometido nuestros gobernantes es que si lo han hecho, lo han hecho de forma oral que es igual a no haberlas hecho, que cada solicitud se estructure como proyecto, en lo posible con estudios de factibilidad financiera, para que sean tenidos en cuenta si hay voluntad del presidente, para ser incluidas en el COMPES. Me temo que, si antes no se hicieron, ahora con la pandemia del Covid-19, sobrarán excusas para negar cualquier iniciativa.
El presidente Iván Duque ha visitado seis veces al Cauca y le ha prometido que lo va a tener presente en su gestión, pero no concreta ninguna obra básica del departamento, Antioquia la ha visitado menos veces, pero en cada visita se compromete en la realización de obras: en su última visita se comprometió con el metro de la avenida 80 de Medellín, por un valor de $2.52 billones, igual con el túnel del Toyo y otras obras. Me pregunto en dónde está la clase dirigente del Cauca, la representación parlamentaria, los gobernantes del Cauca que sean capaces de sustentar estos proyectos.
Al finalizar la administración Santos, se destacó a los gobernadores de Antioquia, Atlántico, Santander y Valle por sus obras realizadas, lo curioso es que premiaron al gobernador del Cauca, seguramente por genuflexo, conformista y sumiso. Con ello aprendí que se premia a los gobernantes que realizan obras y las exigen y también a quienes simplemente se acomodan a la administración de turno.
Comentarios recientes